
BELL.- Ya se habían realizado los honores a la bandera y Victoria Sánchez, residente del área, en una forma magistral había interpretado el himno nacional; el asambleísta Anthony Rendón acababa de agradecer a todos los veteranos su servicio y de repente el juez Harry Pregerson, sentado en primera fila en el parque Los Veteranos donde se realizaba la ceremonia en honor a los exconbatientes, pidió la palabra.

Con un bastón en mano, paso lento y sin aceptar ayuda para caminar, Pregerson, quien nació en el Esta de Los Ángeles en 1923, se dirigió hacia el pódium, y en unos minutos dio una lección a todos del porqué sentirse orgullosos de los veteranos en general, pero principalmente de los exmilitares latinos.
El magistrado dijo que nació en el Bulevar Whittier y se graduó de la preparatoria Roosevelt, donde creció y conoció a varios amigos latinos, algunos con los que fue a la guerra.
Con gran seriedad, tristeza y orgullo, el jurista recordó que dos semanas antes de que él naciera había nacido David Gonzales, primer soldado estadounidense en recibir la Medalla de Honor por el presidente Truman. El soldado de tan solo 22 años, había arriesgado y perdido su vida tratando de salvar a sus compañeros en Las Filipinas durante Segunda Guerra Mundial.
Enseguida, el juez recordó que en esa misma guerra, pero en la batalla de Okinawa, él estaba mal herido y no podía caminar. “Había una gran confusión y en medio de la batalla lo único que hacen los soldados era seguir peleando”, y cuando ya parecía que sería abandonado a su suerte postrado en el suelo, los primos Martínez de Texas regresaron por él y salvaron su vida.
“No se me olvida. Todos los días de mi vida lo recuerdo”, expresó Pregerson., quien insistió una y otra vez, que nadie se había regresado para salvarlo y calificó a los soldados latinos como unos de los más patriotas del país.
Para terminar, el juez expresó su desaprobación de la situación que actualmente vive la comunidad latina, con respecto a inmigración, y aseguró que él nunca ha dictaminado una decisión que termine en deportación de una familia con hijos nacidos o crecidos en Estados Unidos; además, agregó que él considera que es una injusticia total la separación de familias que vive la comunidad, una situación que no recuerda haberla visto contra ninguna otra comunidad a lo largo de la historia de la nación.
“Seguiré haciendo lo que pueda para ayudar a todas esas personas que vienen cruzando la frontera en busca de una oportunidad para una vida mejor”, expresó. “Ellos vienen pidiendo sólo una oportunidad para lograr el ‘sueño americano y no tienen miedo de arriesgarlo todo”.

Además, el juez dijo que está trabajando con el alcalde Néstor Valencia, a quien agradeció sus esfuerzos, por convertir parte del Centro de Recursos para los Veteranos que hay en Bell en un espacio también para los niños que actualmente están llegando a la frontera solos en busca de sus familias.
Todos los asistentes aplaudieron la actitud del veterano y el haber compartido y recordado sus experiencias como excombatiente frente a la comunidad de Bell, una de las ciudades donde la mayoría de la gente es inmigrante y habla español en sus hogares.
Valencia agradeció la presencia del juez y agregó que también está trabajando con el jurista para que próximamente la intersección de la autopista 105 y 110 lleve el nombre de David Gonzales en honor a su sacrificio, pero más importante, para que la gente actual conozca un poquito del legado de los soldados latinos en la guerra.
El funcionario también explicó su experiencia como inmigrante llegado a la edad de cinco años a la ciudad de Compton y cómo más tarde aprendió a respetar el trabajo y servicio de los excombatientes cuando llegó a vivir a Bell en 1975.
Actualmente en la ciudad se encuentra uno de los Centros de Recursos para Veteranos más grande del Sur de California y donde diariamente se atienden alrededor de 350 personas, incluyendo al exmilitar Dushawn Moses, quien actualmente vive en el centro y estaba presente en la ceremonia.
Moses indicó que es importante que la gente entienda y tenga mucha paciencia con la adaptación de las personas que regresan de áreas de conflicto, ya que en muchos casos las imágenes que vivieron nunca se olvidan y constantemente muchos veteranos ven la guerra regresar en su mente y eso complica su diario vivir.
“Yo llevó cuatro meses viviendo en el Centro y he recibido todo tipo de ayuda”, expresó Moses, quien planea escribir un libro sobre las experiencias en la guerra y lo difícil de la adaptación de los soldados a la vida normal.
Debido a la gran crítica que se ha realizado al gobierno federal en los últimos años de no otorgar los servicios necesarios para los soldados que vienen de la guerra, el asambleísta Rendón subrayó que se habían pasado varias legislaciones en Sacramento para ayudar al entrenamiento de los veteranos para que logren una más rápida incorporación a la sociedad; y dijo que próximamente se inaugurará un cementerio para exmilitares en el Condado de Orange.
“Ellos [veteranos] en su momento reconocieron la responsabilidad como estadounidenses y cumplieron con su servicio”, expresó Rendón. “Ahora nos toca a nosotros y es nuestra responsabilidad ayudarles y brindarles todos los servicios para su pronta adaptación a la sociedad”.
Durante el evento se entregaron unos certificados a cinco excombatientes que viven en el Centro de Recursos para Veteranos de Bell y se presentó una Corona al monumento en honor a los exmilitares que se encuentra en el parque donde al final de la ceremonia, los presentes disfrutaron con sus familiares soldados de un festín en su honor.