Tras los dispensarios de mariguana en Huntington Park

 

Foto: hempsphere.
Foto: hempsphere.

María Luisa Arredondo

Desde el exterior,  prácticamente nada delataba la naturaleza del negocio. El edificio de color crema y una sola planta, situado en el número 3029 de la avenida Florence en Huntington Park, tiene una puerta verde al centro y grandes ventanales a los lados con cristales opacos. Un solo detalle parecía sospechoso: un letrero con las siglas H.P.P. y la creciente actividad que había a su alrededor.

“No sabíamos de qué se trataba, pero empezamos a preocuparnos porque llegaba mucha gente rara, se veía que algunos estaban mal de la cabeza porque hablaban solos, otros llegaban en carros y obstruían las entradas de las casas, afuera había muchos jovencitos e incluso niños que hacían mucho escándalo, dejaban basura y todo esto empezó a crear un ambiente inseguridad y desorden”, afirma Jessica R. Maes, quien fue alcaldesa de Huntington Park en 1997 y es propietaria y  directora de Relaciones Públicas y de Asuntos Comunitarios de “El Aviso Magazine”, una publicación establecida en esa área.

Cuando finalmente los vecinos se dieron cuenta que se trataba de un dispensario de mariguana que operaba de manera ilegal porque Huntington Park no permite ese tipo de establecimientos acudieron a Maes, quien a pesar de estar retirada de la política desde 2003 es una voz muy respetada en la comunidad.

“Yo he tratado de mantener un perfil bajo durante los últimos años pero como mucha gente me vino a pedir ayuda decidí denunciar esto pues nadie estaba haciendo nada”, asegura.

Fue así como el pasado 17 de septiembre Maes encabezó una protesta durante una reunión del Concejo de Huntington Park para exigir a las autoridades que cerraran no sólo ese establecimiento sino muchos otros que han proliferado durante este año en esa ciudad.

Ante la inconformidad de los residentes, las autoridades prometieron que iniciarían una ofensiva contra los dispensarios de mariguana y que no les darían tregua. Hasta ahora, según el jefe de la Policía de la ciudad, Jorge Cisneros,  se han cerrado tres negocios ubicados en las siguientes direcciones: 2629 de la avenida Saturn, 3029 de la avenida  E. Florence y 6306 del boulevard Pacific.

Próximamente se cerrarán los que están localizados en 2769  de la avenida E. Florence. y 3262  de la avenida E. Gage. Y están pendientes de resolución los casos de los dispensarios ubicados en 6403  de la avenida Santa Fe., 3267 de la avenida E. Gage Ave., 3029 de la avenida E. Florence y 2560  de la avenida Zoe.

William Litvak, el abogado de la ciudad que está a cargo del proceso legal contra esos dispensarios, manifestó que no saben exactamente cuántos hay en Huntington Park. “Muchos están escondidos o disimulados detrás de otros negocios”, dijo. Sin embargo, muchos de ellos se anuncian abiertamente en Internet, algo que, según Litvak, no pueden impedir porque ello atentaría contra la libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda.

Litvak explicó que aunque en California es legal poseer mariguana para fines medicinales y se permite a quienes están enfermos cultivar la planta para su uso personal, cuando se trata de venderla, como lo hacen muchos dispensarios clandestinos, la historia es otra:

“Mucha gente cree que todos los dispensarios de mariguana son legales, porque tan sólo en el condado de Los Ángeles hay más de mil, pero no es así. Lo que la ley permite es crear cooperativas o agrupaciones no lucrativas donde las personas que tienen una tarjeta para usar mariguana por razones de salud pueden adquirir la planta. Sin embargo, este tipo de establecimientos necesitan obtener permiso del condado y de las ciudades para poder operar, lo cual definitivamente no es el caso de Huntington Park’, subrayó.

Litvak agregó que aunque quisieran acelerar el cierre de los dispensarios, no se trata de una operación fácil. “Es un proceso legal complejo que requiere mucha investigación y tiempo para recabar evidencias en contra de ellos”.

Latinocalifornia intentó hablar con varios de los encargados o dueños de estos negocios, pero ninguno aceptó hacer declaraciones.

Si bien muchos residentes de la ciudad han expresado su beneplácito por la guerra que se ha declarado contra los dispensarios de mariguana, algunos están escépticos.

“Lo que me parece muy raro es que las autoridades no hayan actuado antes para cerrar estos lugares. Durante muchos meses hubo quejas de la gente, pero ninguna autoridad actuó hasta que la señora Maes fue a protestar. Ahora lo están haciendo porque ya hay mucha presión”, dijo Rudy Cruz, residente del área.

Pero lo más preocupante, como apunta Cruz, es que el problema va más allá de los dispensarios.  “La droga se vende como si nada en las calles y nuestros jóvenes y los niños son las principales víctimas, eso es lo grave”, sentenció.

 

 

 

 

 

 

 

 

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