Danilo Díazgranados
Desde que asumió el cargo en septiembre de 2020, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Mauricio Claver-Carone, prometió que trabajaría por hacer de América Latina el destino preferido de los inversionistas.
Y muy tímidamente, a lo largo de estos pocos meses al frente de esa responsabilidad, ha ido posicionando a la región como uno de los lugares en los cuales los capitales foráneos pueden lograr un alto índice de retorno de la inversión en poco tiempo. Latinoamérica siempre sorprende y se mantiene en la mira de los inversionistas.
En esta oportunidad, Claver-Carone ha vuelto a insistir y al respecto ha afirmado que el BID pretende ayudar a fomentar la creación de unos 15 millones de empleos formales. Recordemos que, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, entre febrero y noviembre del pasado año, se perdieron unos 148 millones de empleos.
El programa forma parte del plan estratégico hasta 2025, con lo cual se trataría de prevenir la llamada “década pérdida” de la que tantos organismos hacen referencia para referirse a los estragos que viene causando el COVID-19 en América Latina.
Al culminar un evento en el cual participaron unos 40 líderes empresariales privados, quienes se comprometieron a contribuir con la recuperación de la región latinoamericana, el presidente del BID destacó que se ha dado un gran avance con esa alianza histórica. En la cita estuvieron presentes directivos de empresas como Amazon, Pepsico, Microsoft, Bayer y Cabify, entre otras.
Uno de los principales objetivos que se ha planteado el multilateral pasa por la recuperación de una gran parte del empleo formal que se ha perdido, lo que será factor fundamental en la reconstrucción económica. El plan estratégico del organismo, llamado “Visión 2025”, girará sobre el eje del crecimiento sostenible e inclusivo en América Latina, “trabajando con el sector productivo, avanzando en el progreso social y fortaleciendo sus Gobiernos e instituciones”, recalcó el máximo representante del BID.
De acuerdo con Claver-Carone, si se genera el número de puestos de trabajo proyectado, se prevendría la tan pronosticada “década perdida”. Por primera vez los “inversionistas han mostrado su interés en vehículos financieros que podrían acelerar la recuperación de los países de la región”, dijo.
El BID está centrando su estrategia en la búsqueda de oportunidades inmediatas, tales como la necesaria integración regional, a través de la reconfiguración de cadenas globales de valor, el apoyo a las pymes, a las cuales se les ha catalogado como “herramienta fundamental en la recuperación”. Y en aras de favorecer un desarrollo más inclusivo, también se contempla trabajar en el apoyo a temas como la igualdad de género y la diversidad.
Sin duda alguna, Claver-Carone tiene muy claros sus objetivos al frente del BID y, efectivamente como lo ha venido reiterando, entre ellos está el lograr el despegue de esta región, que actualmente atraviesa por su peor crisis económica en 120 años. “El BID no será una institución de diagnóstico, sino de resultados”, ha afirmado. El eje central de su gestión está muy claro: Latinoamérica primero.