
Redacción de Latinocalifornia.com
A cuatro años de haber estallado el escándalo de corrupción pública que situó Bell en un primer plano noticioso a nivel nacional, Robert Rizzo, el exadministrador acusado de ser el artífice de la malversación de fondos públicos de esa pequeña ciudad para pagarse a sí mismo sueldos estratosféricos, obtuvo una sentencia de 12 años de prisión.
Al leer la sentencia en contra del exfuncionario, la jueza Kathleen Kennedy indicó que Rizzo se transformó en una especie de padrino que se pagó a sí mismo y a otros funcionarios sueldos exorbitantes a costa del erario público. Rizzo tenía un paquete salarial y de prestaciones que ascendía a 1.5 millones de dólares al año, mientras que su exasistente, Angela Spaccia devengaba más de 375 mil dólares anuales y cada uno de los concejales $100 mil dólares.
“Señor Rizzo, usted hizo algunas cosas muy malas y por mucho tiempo”, subrayó Kennedy.
La jueza le ordenó a Rizzo pagar a Bell $8.8 millones. Por primera vez durante el juicio, el exadministrador habló en público y manifestó sentía lo ocurrido. “Si pudiera regresar y hacer cambios los haría”, dijo.
El pasado lunes, Rizzo, de 60años, fue condenado también a pasar 33 meses en una prisión federal por evadir impuestos y a pagar $256 mil dólares al Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS). El exadministrador deberá empezar a servir su condena a partir del 30 de mayo.
Spaccia, por su parte, fue sentenciada la semana pasada a casi 12 años de prisión por fraude y malversación de fondos. Cinco de los exconcejales implicados en el escándalo aceptaron ser culpables de dos cargos criminales a cambio de pasar un máximo de cuatro años tras las rejas.
En un esfuerzo por dejar atrás esta sórdida historia, el nuevo concejo de Bell llegó a un acuerdo tentativo con el exjefe policiaco Andy Adams, quien se comprometió a devolver $200 mil a la ciudad. Durante su gestión, Adams tenía también un salario exorbitante, calculado en 457 mil dólares al año.