“Tengo asco y vergüenza”: Ofelia Medina

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Rubén Luengas/Entre noticias

Dice el tango que “veinte años no es nada”. Tenía más de eso de no ver a Ofelia Medina a quien tuve el enorme gusto de tener en casa para realizarle una entrevista.

La había entrevistado antes varias veces en el estado mexicano de Chiapas tras el surgimiento del movimiento zapatista en 1994. Me alegró mucho verle nuevamente acompañada de Violeta Pineda y Esteban León, de Producciones Tenoch, quienes la invitaron a venir a Los Ángeles para lo que resultó ser una extraordinaria presentación de música, actuación, poesía y variados testimonios en abierta interacción con el público, incluyendo el de una joven madre que salió huyendo hacía Los Ángeles de Ciudad Juárez, Chihuahua, por amenazas de muerte.

Ofelia Medina propició un intenso repertorio de emociones en el que hizo cantar, reír y hasta llorar a algunos de los asistentes. Gran calidad la de Ofelia en el escenario que vivió momentos muy intensos por manera de compartir textos como el “Memorial de Tlatelolco” de Rosario Castellanos:

La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.

Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
Para que nadie viera la mano que empuñaba
El arma, sino sólo su efecto de relámpago.
¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?
¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
¿Los que se pudren en el hospital?
¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?
¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.

Y en la televisión, en el radio, en el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)

No busques lo que no hay: huellas, cadáveres
que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa,
a la Devoradora de Excrementos.

No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.
Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria.
Duele, luego es verdad. Sangre con sangre
y si la llamo mía traiciono a todos.

Recuerdo, recordamos.

Ésta es nuestra manera de ayudar a que amanezca
sobre tantas conciencias mancilladas,
sobre un texto iracundo sobre una reja abierta,
sobre el rostro amparado tras la máscara.

Recuerdo, recordamos
hasta que la justicia se siente entre nosotros.

 

No volaba ni una mosca, Ofelia sorprendió a un público que no imaginaba que lo que había sido anunciado como una conferencia sobre “La Mujer Migrante”, sería una presentación profundamente artística que abarcó una brillante descripción crítica de las causas que tienen a México en esa “oscuridad que engendra violencia” y en esa “violencia que pide oscuridad”.

Mi entrevista con Ofelia fue al medio día del viernes de su presentación. Habló con la sinceridad y transparencia que le caracteriza, como debiera hablarse siempre en sociedades que se dicen democráticas. Al final le pregunté su sentir sobre la evidente corrupción en México y sobre las múltiples muestras de frivolidad que han demostrado tener el presidente Peña Nieto y su esposa. Su respuesta y la expresión que le acompaña en el rostro, en este video que les presenta Entre Noticias – rubenluengas.com.

 

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