
Francisco Leal Díaz
Santiago de Chile.- Muy poca gente asocia al notable poeta chileno, Pablo Neruda, con la gastronomía. Lo cierto es que este rubro estuvo siempre muy presente en la vida del fructuoso vate, Premio Nobel de Literatura 1971. Sus memorables “Oda al congrio”, “Oda a las papas fritas” y “Oda a la cebolla”, entre otras, son sabrosos testimonios poéticos de tal virtud.
“Chisporrotea en el aceite hirviendo, la alegría del mundo: las patatas fritas entran en el sartén como nevadas plumas de cisne matutino y salen semidoradas por el crepitante ámbar de las olivas”, se relame el poeta en la “Oda a las patatas fritas”. Se saborea aún más cuando agrega: “El ajo les añade su terrenal fragancia, la pimienta, polen que atravesó los arrecifes, y vestidas de nuevo con traje de marfil, llenan el plato con la repetición de su abundancia y su sabrosa sencillez de tierra”.
No obstante, en su “Oda al caldillo de congrio”, el célebre poeta chileno navega en las profundidades marinas para alabar las virtudes del rosado congrio, gigante anguila de las costas de Chile.
En este apetitoso poema, Neruda señala: “En el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila de nevada carne. Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo grávido y suculento, provechoso”.
Al concluir esta belleza poética–gastronómica, el trovador suspira con apetito: “Ya sólo es necesario dejar en el manjar caer la crema como una rosa espesa, y al fuego lentamente entregar el tesoro hasta que en el caldillo se calienten las esencias de Chile, y a la mesa lleguen recién casados los sabores del mar y de la tierra para que en ese plato tú conozcas el cielo”.
En este bucólico antecedente, el chef Óscar Tapia se inspiró para ofrecer calidad gastronómica a sus selectos clientes del Espacio Gourmet, ubicado al interior del espléndido centro turístico San Alfonso del Mar, en el balneario de Algarrobo, Quinta Región.
Allí, en el gratísimo Restaurante “Bahía Azul” (Sushi, Lounge/Bar), se puede disfrutar de una hermosa vista al mar, además de las terrazas insertas en la arena en un magnífico escenario que permite admirar la gigantesca laguna. San Alfonso del Mar ostenta el título de poseer “la piscina más grande del mundo”.
En esta imponente escena el chef Óscar Tapia arguye que la cocina de “Bahía Sur”, es simple e informal, “basada en una carta de mar, con pescados y mariscos frescos, con tonos latinoamericanos”.
Con esta apetitosa propuesta gastronómica, Óscar Tapia se ha puesto en sintonía con la denominada Ruta del Poeta, que pasa por las playas de Algarrobo, hasta concluir en Isla Negra, donde se encuentra precisamente la casa del gran Pablo Neruda, hoy convertida en Casa-Museo y hasta donde concurren turistas y visitantes provenientes de todo el mundo.
La invitación es, entonces, a detenerse en el trayecto y degustar en el Restaurante “Bahía Azul”, las delicias del mar. Para ello, Óscar Tapia ha elaborado un sugestivo menú para satisfacer todos los gustos.

Por ejemplo, se ofrece el Menú “Pablo Neruda”, cuya entrada es irresistiblemente apetitosa: ostiones a la parmesana, en mantequilla de limón de Pica y cochayuyo; los deliciosos ostiones son de la bahía de Tongoy.
El plato principal consiste en un caldillo de congrio Nerudiano, “receta de nuestro gran poeta Pablo Neruda —sugiere el chef— sabroso caldillo de congrio en cocción lenta, sauvignon blanc, verduras salteadas y camarón nacional.
Y como si lo anterior fuese poco aún, el postre es equitativamente deleitable: “Suave y cremosa tartaleta de queso de cabra —enfatiza el chef—, bañada en compota de frutos rojos al cedrón, servido con helado de berries en canela”.
Además, para satisfacer otros paladares, el chef dispone en su carta, el Menú “Vicente Huidobro” —otro destacado poeta chileno—, cuya entrada comprende una degustación de mariscos frescos, acompañados de salsa verde, marinados en limón, servidos con sopaipillas y pebre criollo. El plato principal ofrece sabrosos ñoquis de piñones de la Araucanía, con toques de merquén. Y de postre, chirimoya alegre 2.0, nada menos. Incluye biscochuelo y helado de naranja y espuma de chirimoya.
La carta contiene también —para paladares aún más exigentes—, el Menú “Nicanor Parra”, el poeta irreverente autor de los famosos “antipoemas”.
Tras este opíparo almuerzo, sugerimos una breve caminata frente a las imponentes instalaciones de San Alfonso del Mar, admirando el magnífico paisaje marino, la gigantesca laguna, los coloridos botes surcando sus aguas… A unos cuantos pasos se encuentra el “Acuario”, recinto con acento mediterráneo. En su interior, un atractivo acuario oceánico magnifica el ambiente con más de 50 especies marinas, aunque todas las miradas y aplausos se los lleva el inquieto tiburón.
Luego de este previo deleite gastronómico, el visitante retorna a la Ruta del Poeta. A escasos kilómetros se encuentra Isla Negra, donde se yergue la idílica casa de Pablo Neruda, hoy convertida en museo. Sin duda, el fecundo poeta chileno se inspiró en este mágico escenario para modelar sus bucólicas odas, fustigado por los sabores del congrio, la cebolla y las patatas, entre otros apetitosos productos gastronómicos