
Tras años de estudio, ahora están a un paso de realizar su sueño
Por Rubén Moreno
A falta de un año para terminar su doctorado, Nancy Guarneros ve más cerca su sueño de convertirse en maestra de un plantel escolar.
Desde que se graduó de secundaria, esta inmigrante, que fue traída a Estados Unidos sin documentos por su mamá cuando apenas tenía ocho meses de nacida, ha tenido claro que el campo profesional al que se quiere dedicar es la pedagogía.
En su hoja de vida cuenta con una licenciatura en sociología y una maestría en educación, ambas logradas en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), una de las instituciones académicas más prestigiosas de la nación.
Pero la falta de un número de seguro social le ha impedido poder ejercer profesionalmente, a pesar de que en varias ocasiones le han hecho propuestas laborales.
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El anuncio de la administración del presidente Barack Obama para conceder permisos de trabajo a estudiantes indocumentados que, como ella, se han dedicado en cuerpo y alma a estudiar es la recompensa perfecta para que pueda poner en práctica todo lo que ha aprendido.
“Ahora es cuando voy a poder trabajar para contribuir al país con mi educación”, dijo Guarneros, original de Puebla, México.
“He trabajado muy duro para esto. Después de la escuela fui al colegio comunitario y estuve dando tutorías y cuidando niños para ahorrar dinero con el que transferirme a la universidad”, agregó quien quiere ser profesora para ayudar “a todos los estudiantes que no se están graduando”.
En dos años más, Justino Mora completará sus estudios en ciencias políticas e ingenieria de computación, también en UCLA. Hasta el momento, se ha dedicado a dar tutorías a niños en inglés, español, biología y matemáticas, además de arreglar computadoras, para irse costeando los estudios.
“Se me han presentado muchas ofertas de trabajo, pero como no tengo documentos no las he podido aceptar”, señaló Mora, originario del Estado de México, quien llegó a Los Ángeles con su familia en 2000 cuando tenía 11 años.
“Estuvimos tratando de obtener una visa pero, como no pudimos, nos vinimos con un coyote para escapar de la violencia en México”, agregó Mora. “La promesa del presidente significa que la esperanza de tener un trabajo se acerca”.
“Espero contribuir a la economía creando mi propio negocio del que se pueda beneficiar toda la comunidad y toda la nación”, subrayó.
Para Martha Meléndrez, quien se licenció el año pasado de sociología en Cal State Los Ángeles, el solo hecho de que la propuesta de la administración de Obama frene la deportación de estudiantes indocumentados significa “poder manejar y viajar sin miedo, aunque no puedas salir del país”.
“Llegué hace casi 10 años para reunirme con mi mamá y mi hermana”, recordó Meléndrez, originaria de Sonora, México, quien en septiembre comenzará a estudiar una maestría. “Vine con visa de turista, pero expiró. Aquí he estado yendo a la escuela, trabajando y organizando a otros estudiantes para que podamos cumplir este sueño”.
“Ojalá que dentro de dos años, cuando termine mi maestría, pueda trabajar porque ya he tenido propuestas que no he podido aceptar por no tener un número de seguro social”, indicó. “Esta propuesta de la administración de Obama es la que nos da esa esperanza”.