Sale caro el tráfico y los baches

Por Rubén Moreno

Cada año se malgastan 1,900 millones de galones de gasolina en los embotellamientos de tráfico (Foto: Archivo)

El mal estado en el que se encuentran muchas carreteras y autopistas de Los Ángeles le cuesta al conductor un promedio de 746 dólares al año de su bolsillo para mantener su vehículo.

En esto se incluye desde cambio de llantas dañadas hasta amortiguadores o los gastos derivados de un accidente como consecuencia del mal estado del asfalto.

Así lo revela un reporte del Departamento del Tesoro, que sitúa a San José, también en California, como la ciudad donde más se paga como consecuencia de las condiciones del pavimento deteriorado: 756 dólares en promedio frente a los 640 que, por ejemplo, desembolsan los conductores en Nueva York.

A pesar de ser considerado como el país con la mayor infraestructura de carreteras del mundo, Estados Unidos es uno de los que menos invierte en reparar asfaltos y autopistas, pues tan solo destina un 2% de su producto interior bruto comparado con el 9% que China gasta en infraestructura.

Algunos reportes sitúan la condición de las carreteras de California en la posición 48 entre los 50 estados del país. Según datos del Departamento de Transporte, haría falta invertir unos 85 mil millones de dólares durante las próximas dos décadas para tener a todas las carreteras y puentes del país en una condición óptima.

Según el grupo US PIRG, defensor de los derechos de los consumidores, se estima que hay 90 mil millas de carreteras y 71 mil puentes en mal estado en Estados Unidos.

Mientras tanto, el tiempo de más que se pasa en las autopistas como consecuencia del tráfico supone otro gran gasto para los conductores, aunque muchas veces no terminen reparando en el combustible que han perdido en los embotellamientos.

Cada año, la congestión en las carreteras le cuesta a los conductores más de 100 mil millones de dólares a sus bolsillos, teniendo en cuenta el tiempo frente al volante y la gasolina desperdiciada: en total se malgastan unos 1,900 millones de galones, según datos del Departamento del Tesoro.

Los Ángeles es la ciudad del país con más tráfico, y en concreto la autopista 91 en sentido este que une Los Ángeles con Riverside es la carretera con mayores retenciones, por encima de la mala fama que tiene la autopista 405.

De acuerdo con la firma INRIX, el tramo que va desde la salida de la autopista de Costa Mesa hasta la salida de la calle McKinley sobre la autopista 91 supone en horas pico pasar un 183% más de tiempo comparado con lo que se tardaría en recorrer las casi 21 millas de distancia si no hubiera tráfico.

Dicho de otra forma, mientras que para recorrer una milla a una velocidad de 65 millas por hora toma menos de un minuto, en horas pico una milla de distancia se recorre en más de cuatro minutos.

Con el precio de la gasolina por encima de los 4 dólares el galón, las familias terminan gastando más de 7,600 dólares al año en concepto de transporte, mucho más de lo que se gastan en alimentación o en cuidado médico. Para el 90% de la población, uno de cada siete dólares de los ingresos familiares son para pagar combustible.

El alto costo de la gasolina ha hecho que muchas personas hayan optado por utilizar el transporte público. Durante los dos primeros meses del año, las rutas de autobús y tren de Metro en Los Ángeles vieron aumentar el número de pasajeros, incluyendo la Línea Naranja en un 18% y la Línea Dorada con más del 21% frente al año pasado.

Cada día 1,15 millones de pasajeros utilizan el servicio de transporte público en Los Ángeles. De acuerdo con José Ubaldo, portavoz de Metro, “se van reajustando las líneas conforme la demanda y el número de pasajeros”, y como los autobuses utilizan gas natural “el aumento en la gasolina no nos afecta”.

“Es por eso que aunque el precio del combustible suba, nosotros seguimos manteniendo los mismos precios”, dijo Ubaldo. “El pase diario por 5 dólares sigue siendo la opción más barata para viajar, porque puedes subir al metro o al autobús cuantas veces quieras”.

Un estudio de la Asociación Americana de Transporte Público señala que las personas que deciden utilizar el autobús o el metro para desplazarse ahorran por encima de los 10 mil dólares al año si tuvieran que utilizar sus propios vehículos, teniendo en cuenta todos los gastos que supone, incluyendo pagar por gasolina y estacionamientos.

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