Bosques, más allá del discurso

En esta semana, se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental. Para muchos, dedicar un solo día del año a

Patricia Guevara.

reflexionar sobre el nivel y avance de nuestra cultura en esa materia, resulta insuficiente.

Sin embargo, la dinámica de vida que la mayoría de los seres humanos llevamos en las grandes metrópolis hace que pasemos inadvertidos hechos tan importantes como la desaparición del macizo boscoso que había en las zonas que hemos convertido precisamente en megalópolis.

La fisonomía de nuestro entorno se modifica consuetudinariamente con nuevas fachadas, grandes edificios o construcciones de fábricas o plantas industriales.

Olvidamos que la preservación de la vida humana y de la sustentabilidad del Planeta, dependen de la conciencia que generemos, como raza humana, sobre la permanencia de los ecosistemas forestales: bosques, selvas, zonas áridas y manglares.

Con frecuencia creemos que sólo afecta o beneficia a quienes están cerca de esas maravillas naturales cuando en realidad todos dependemos de ellos. En la entrega anterior, comentábamos lo preocupante que debería ser en México la pérdida de bosques templados y tropicales ya que la erosión nos ha dejado en la década reciente entre cinco y siete millones de hectáreas menos de tales superficies.

Por ello, insistiremos el tema tanto en www.latinocalifornia.com y en otros foros. Sólo así, podremos construir la columna vertebral del objetivo de Naciones Unidas para generar una mayor participación de los ciudadanos en las actividades de divulgación forestal y superar el discurso.

Podremos arraigar la cultura y el conocimiento para conservar nuestros bosques y los recursos naturales si vamos más allá de las palabras y de acciones aisladas que se limitan a talleres, concursos, conferencias y exposiciones.

Los esfuerzos concertados de las naciones miembros “deben dedicarse a crear más conciencia en todos los niveles” para fortalecer la conservación y desarrollo de los bosques. En el caso de México, la responsabilidad recae en Juan Manuel Torres Rojo, director general de la Comisión Nacional Forestal. La institución a la que el presidente Felipe Calderón confió el proyecto ProÁrbol, no ha entregado buenas cuentas.

El manejo forestal adecuado puede contribuir significativamente al desarrollo sustentable y la erradicación de la pobreza en un México cuyos recursos naturales no han sido explotados correctamente.

Es indispensable “ver los ecosistemas forestales desde una perspectiva completa: Dan cobijo a las personas y hábitat a la biodiversidad, son una gran fuente de alimentos, productos medicinales y agua, y juegan un rol vital en la estabilidad climática del mundo”, establece el resolutivo de Naciones Unidas.

Es tiempo pues de que la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) actúe para generar el conocimiento, la conciencia y la acción para preservar y recuperar los bosques mexicanos. Es insuficiente celebrar sólo un día al año, el correspondiente a la cultura ambiental.

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