Trump: llamada criminal

María Luisa Arredondo*

María Luisa Arredondo.

La llamada que Donald Trump hizo al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para que cambiara los resultados de las elecciones en esa entidad, mediante intimidaciones y amenazas, es simple y llanamente un crimen, propio de un capo de la mafia, no del mandatario de un país que se precia de ser paladín de la democracia.

No se trata, desde luego, del único acto reprobable y vergonzoso que ha cometido Trump para revertir los resultados que le dieron el triunfo a Joe Biden en la elección del pasado 3 de noviembre. Debido a que más de 60 jueces, entre ellos los de la Suprema Corte, han rechazado sus reclamos infundados de que los comicios fueron fraudulentos, Trump ha intentado por todos los medios de presionar a los legisladores republicanos de los estados donde perdió, entre ellos Pennsylvania y Michigan, y a los gobernadores de Arizona y Georgia, de que cambien a su favor los resultados de las elecciones.

Dado su abierto desdén por las leyes y el orden, el escandaloso comportamiento de Trump no resulta del todo sorprendente. Va de acuerdo con su estilo autocrático y su personalidad narcisista. Lo que sí sorprende es que un numeroso grupo de legisladores republicanos defiendan sus reclamos, a sabiendas de que carecen de bases, y de que con ello sólo fomentan la polarización política y la desconfianza en las instituciones.

Para el miércoles está previsto que, cuando se lleve a cabo en el Congreso la certificación de los votos del Colegio Electoral, presenten su objeción al menos una docena de senadores y unos 140 congresistas republicanos. La acción está destinada al fracaso, pero los legisladores inconformes han decidido apoyar a Trump porque consideran que, a pesar de haber sido derrotado, es todavía la voz cantante dentro del debilitado Partido Republicano y temen despertar su ira.

Por otro lado, están por verse las acciones que tomarán los demócratas en contra del comportamiento de Trump. Varios expertos legales consideran que el mandatario incurrió en graves violaciones a la ley, entre ellas extorsión, fraude electoral y sedición, puesto que ha incitado a la violencia en repetidas ocasiones.  Por esta razón, algunos senadores como Richard J. Durbin, de Illinois, han pedido que se inicie una investigación criminal contra el presidente.

Es difícil anticipar si Trump pagará finalmente por todos los delitos que ha cometido debido a que muchos republicanos lo defenderán a capa y espada hasta el final. Pero es indudable que su conducta errática y peligrosa ha tenido un alto costo, pues siempre ha antepuesto sus intereses personales a los de la nación. En estos momentos, toda su energía y atención están enfocadas en cómo revertir los resultados electorales. Poco o nada le importan las muertes por el Covid-19, que califica de exageradas, ni los ataques cibernéticos de Rusia contra Estados Unidos, ni el aumento de las tensiones con Irán. Su única posible defensa, como ya lo han insinuado algunos abogados, es que, en un momento dado, se pruebe que está fuera de sus cabales.

*María Luisa Arredondo es la fundadora y directora ejecutiva de Latinocalifornia.com

 

 

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