
María Luisa Arredondo*
Desde que su marido asumió la presidencia de Estados Unidos en 2009, supimos que a Michelle Obama no le gusta la política, lo que no significa que sea ajena o indiferente a los problemas que aquejan al país. Por el contrario, si algo ha demostrado la exprimera dama durante todo el tiempo que ha estado bajo la mirada pública es su irrenunciable compromiso con la lucha por la justicia, la democracia y el bienestar social.
El pasado lunes, Michelle Obama cerró el primer día de la Convención Demócrata, que se celebra de manera virtual en Wisconsin, con un discurso histórico que trascendió el ámbito estrictamente político.

Con una elegancia y autoridad moral que pocas figuras tienen en la escena nacional, Obama fustigó a Donald Trump de manera contundente al señalar que es el presidente equivocado para nuestro país, especialmente en esta turbulenta época de crisis sanitaria y económica desencadenada por el coronavirus. “Ha tenido tiempo más que suficiente para demostrar que puede hacer el trabajo, pero eso está claramente por encima de su capacidad. No puede afrontar este momento “, dijo.
“El ser presidente no cambia quién eres. Revela quién eres”, subrayó Obama, al tiempo que atacó a Trump por sembrar el caos y la división, así como por su falta de empatía y de liderazgo, lo que ha llevado a que los jóvenes vean hacia la Casa Blanca con gran desilusión. “Ellos ven cómo se defiende a los supremacistas blancas, como los niños son separados de sus familias y arrojados en cajas y cómo se usa gas pimienta y balas de goma contra manifestantes pacíficos”.
Las palabras de Obama no fueron solamente una poderosa condena a la presidencia de Trump sino un llamado a la conciencia de los votantes para que acudan a las urnas en noviembre y cambien el curso de una tragedia que puede agravarse si el republicano sigue en el poder. “Si ustedes no piensan que las cosas pueden empeorar, créanme, sí pueden, y lo harán si no votamos por Biden”.
Este llamado a votar es esencial, sobre todo si se considera que en las elecciones de 2016 muchos afroamericanos y latinos prefirieron quedarse en su casa. Hoy la situación es más crítica porque mucha gente piensa votar por correo debido a la pandemia. Sin embargo, como lo anotó Obama, Trump le ha declarado la guerra a este tipo de voto bajo el argumento, sin bases, de que se puede prestar a fraudes. Por esa razón le ha negado al Servicio Postal los fondos que requiere para garantizar que todos los votos por correo se puedan enviar y contar a tiempo.
Lo que en realidad pretende Trump es suprimir el voto. El mandatario teme perder las elecciones porque todas las encuestas lo sitúan por debajo de Biden. La única esperanza que tenemos de terminar con este caos y con los intentos de Trump por minar nuestra democracia es, como bien dijo Obama, “votar por un cambio como si nuestras vidas dependieran de ello”.
*María Luisa Arredondo es la fundadora y directora ejecutiva de Latinocalifornia.com