Kavanaugh: incompetente para la Suprema Corte

María Luisa Arredondo.
María Luisa Arredondo.

María Luisa Arredondo*

A estas alturas es difícil pronosticar si la investigación que lleva a cabo el FBI para esclarecer la acusación de asalto sexual contra el juez Brett Kavanaugh arrojará nuevos datos que descarrilen su nominación o bien que lo exoneren más allá de cualquier duda.

Lo que sí se puede afirmar, desde ahora, es que la reputación de Kavanaugh ha quedado manchada para siempre.

Atrás quedó la imagen del juez conservador ejemplar, padre de familia y graduado con los máximos honores de la Universidad de Yale que trabaja para la Corte de Apelaciones del Circuito de Distrito de Columbia. De lo único que se habla ahora es del joven belicoso y alocado que, durante sus años de estudiante en la preparatoria y la universidad, bebía en exceso, iniciaba peleas y, según los testimonios de al menos tres mujeres, tenía una conducta sexual inapropiada.

Si bien algunos han señalado que esos problemas pertenecen al pasado, el propio Kavanaugh se ha encargado de desmentirlos. El comportamiento que tuvo durante el testimonio que rindió bajo juramento ante el Comité Judicial del Senado para defenderse de las acusaciones de asalto sexual de la doctora Christine Blasey Ford ha encendido los focos rojos sobre su verdadero carácter.

Sin el menor recato, durante la audiencia Kavanaugh se mostró de cuerpo entero: beligerante, ofensivo, arrogante y…mentiroso.

En  su esfuerzo por convencer a la opinión pública que es víctima de una injusticia, el juez incurrió en varias inexactitudes y omisiones. Aunque admitió que le gusta la cerveza, nunca aceptó que bebía en exceso, tal y como lo han revelado varios de sus compañeros de estudios.

El juez dijo también que empezó a beber cuando podía hacerlo legalmente, a los 18 años. Pero todo indica que su adicción al alcohol data al menos desde que tenía 17 años, cuando acudió a la fiesta donde la doctora Ford dice que tuvo lugar el asalto sexual.

Kavanaugh mintió también sobre la forma en que ingresó a Yale. Dijo que lo hizo por méritos propios y que no tenía conexiones, pero hoy se sabe que su abuelo estudió en esa universidad, lo cual le dio preferencia para ingresar ahí.

Más perturbador aún resulta la forma agresiva en la que le respondió a la senadora demócrata Amy Klobuchar cuando ella le preguntó sobre sus hábitos de beber. Preocupan también sus acusaciones infundadas de que la doctora Ford es parte de una conspiración de los demócratas y las repercusiones que ello pudiera tener para ese partido, en caso de que él llegara a ser confirmado.

Por todas estas razones, aun en el caso de que Kavanaugh fuese inocente del asalto sexual del que se le acusa, su perfil no corresponde al que debe tener un juez de la Suprema Corte de la nación.

*María Luisa Arredondo es fundadora y directora de Latinocalifornia.com

 

 

 

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