
Jóvenes toman el liderazgo en Bell y se unen a la iniciativa que busca construir y mantener una comunidad limpia
Redacción de Latinocalifornia.com
Armados con recogedores, bolsas y escobas, decenas de estudiantes de 14 a 17 años de edad de la preparatoria Bell salieron a limpiar las calles de la ciudad con el simple objetivo de verla limpia, hacer algo positivo por la comunidad y sentirse orgullosos del lugar donde viven y van a la escuela.
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“Aquí vivimos y queremos ver limpia nuestra ciudad”, dijo Geraldine, una de las casi 60 estudiantes que se reunieron el sábado en el parque Camp Little Bear. “Participar en la limpieza de la ciudad nos da una sensación de orgullo y de que estamos haciendo algo bueno por la gente”.

Ese fue el sentir generalizado de los estudiantes, quienes parecían que estaban limpiando su casa, barriendo arriba y abajo de la banqueta y buscando hasta la última corcholata, chicle o papel para asegurarse de que gran parte de las calles de Bell estuvieran libres de basura.
Los estudiantes fueron llegando desde a las 7:45 de la mañana el sábado, día y horario en el que la mayoría de la juventud duerme, juega videojuegos o ve la televisión, pero estos jóvenes que son parte del grupo Interclub de la preparatoria Bell, habían decidió mejor ir a limpiar su ciudad.
Fue precisamente ese club el que hace unos años, la concejala Ana María Quintana había iniciado en la escuela de donde también se graduó y ahora, como funcionaria, constantemente se involucra en actividades escolares. En esta ocasión, con la iniciativa Un Día de Servicio Global que invita a los jóvenes y a todas las personas de la comunidad a hacer algo por su ciudad un sábado por mes.
“Tiene un sentimiento personal este club y esta iniciativa (iniciada en la universidad de Yale y traída por ella a la ciudad) porque la mayoría de los jóvenes que participan son parte del club que yo misma funde cuando tenía 16 años”, explicó Quintana, quien al igual que el resto de los estudiantes, agarró la escoba y se puso a barrer las calles.
Teresa, otra de las estudiantes que se involucró en la limpieza de la ciudad, barría con una sonrisa en su rostro. Ella aunque nació en México, dijo que ya llevaba viviendo en Bell cuatro años y sentía a la ciudad como su propio hogar, así que contribuir a su limpieza la hacía sentirse bien.
Por su parte la estudiante Beatrice, pidió a sus compañeros de escuela, los estudiantes que al terminar las clases se regresan caminando y comiendo en las calles, que no tiren las bolsas de papitas o cheetos en las aceras.
En apoyo al esfuerzo de los estudiantes, algunas tiendas o los mismos vecinos les ofrecían algo de tomar, mientras los jóvenes trabajaban. La señora Elvira Alvarado, residente de la ciudad, quien al igual que los jóvenes barría el pedazo de banqueta afuera de su casa, aplaudió el esfuerzo de los jóvenes.
“Es un orgullo ver a los jóvenes involucrarse en la comunidad”, expresó. “Estoy segura que todos estos jóvenes que ahora participa llegarán hacer algo grande en la vida porque desde ahora están mostrando su compromiso con la gente y eso en la vida, es un valor muy importante”.
Para las once de la mañana, por lo menos unas 20 calles ya estaban limpias, y ahora la concejal pensaba en el próximo proyecto, posiblemente ir a limpiar las vías, donde han llegado algunas quejas, o buscar unas residencias a las que puedan ir a ayudar.
“Lo importante es que la comunidad desarrolle ese sentimiento de pertenencia para que se involucren y sean parte de todo lo que se hace en la ciudad”, explicó Quintana, quien al final compró unas pizzas para los estudiantes, agradeció su esfuerzo y convivió un rato con ellos.