
Padres de familia, alumnos y maestros se habían quejado de que abusaba de su cargo
Bertha Rodríguez
Convencidos de que sus hijos merecen una educación de calidad y un ambiente de seguridad y respeto, los padres de familia de los alumnos de la primaria Teresa Hughes, en Cudahy, lograron que el LAUSD reemplazara a la directora Elva Cortez Covarrubias, a quien habían acusado de abusar de su puesto durante dos años y medio.
A partir del 13 de enero, y de manera interina, la escuela quedó a cargo del director Adler Chandler, mientras el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), a través de un proceso que involucrará a padres y maestros, nombra a la nueva dirección.
“Fue un esfuerzo muy grande pero nos hicimos más fuertes y unidos. Este es sólo el comienzo y vamos a seguir luchando para que la escuela sea mejor”, afirmó Adriana Navarro, una de las madres que iniciaron el movimiento para sacar a la directora de la escuela.
Tanto ella como su esposo Víctor Guerra se involucraron debido a que aseguran que su hijo Víctor sufrió acoso y castigos injustificados por parte de la directora.
Al igual que el caso de esta familia, varios padres denunciaron presunto maltrato hacia sus hijos o nietos, por parte de la directora o del personal del área administrativa de la escuela. La directora también fue acusada de faltar al respeto a los padres y de hostigar a varios maestros mientras favorecía a otros.
Carmen Hernández, quien tiene a su cargo el cuidado de tres niños y una niña que acuden a Teresa Hughes, afirma que su nieto Armando Soya, quien ahora tiene nueve años y cursa el sexto grado, a principios del 2012 fue intimidado por la directora. El incidente se originó cuando un niño que jugaba con Armando se lastimó durante un juego de pelota. La directora amenazó al jovencito con llevarlo a la cárcel en lugar de citar a los padres para resolver el problema.
El pequeño Diego Navarro tuvo que ser transferido a otra escuela después de permanecer en ella desde el kinder hasta el segundo año. Su madre, Rosalina Navarro, comentó que un niño -que no era compañero de clase de Diego-, le ató una cuerda al cuello y lo jaló durante varios minutos. El pequeño de 5 años se asustó mucho y durante varios días sufrió dolor en su cuello.
Navarro consideró que la directora actuó con negligencia porque no quiso tomar cartas en el asunto y ni siquiera quiso hacer un reporte de lo ocurrido.
“Para nosotros la seguridad y la educación de nuestros hijos es lo primordial”, sostiene esta madre de familia. Ella y su esposo Everardo Navarro escribieron una carta al supervisor del Distrito 6, Rubén Valles, para denunciar los hechos.
A pesar de que el niño fue cambiado de escuela, Rosalina permaneció como voluntaria en Teresa Hughes porque, además de que tiene un sobrino que asiste a ese plantel, cree que “no sólo nuestro hijo se merece una educación de calidad y seguridad”.
Comenta que en la escuela hay como 20 madres que son voluntarias que ayudan a los maestros cuando no tienen asistentes. Sus tareas van desde leer, jugar y cuidar a los niños; ayudar con proyectos y tareas de los estudiantes; hacer copias, limpiar y decorar salones y oficinas de la escuela.
Cada madre dedica por lo menos cuatro horas diarias de trabajo voluntario a la escuela con tal de contribuir a la educación de sus hijos.
Una de la mayores preocupaciones de los padres fue el reporte de que el Indíce de Rendimiento Académico (API) de Teresa Hughes, bajó de 763 a 744 puntos en el 2013.
Además, afirma Víctor Guerra, en la escuela había por lo menos cinco profesores que revelaron que eran hostigados por la directora y a muchos de ellos los hacía llorar delante de los estudiantes.
La lucha de los padres ha sido difícil reconoce Rosalina, quien junto con Adelina García iniciaron la organización de padres para abordar este problema. Para lograrlo tuvieron que realizar varias reuniones en las que lograron la participación de por lo menos 20 familias. Algunas dejaron de asistir a las reuniones por las intimidaciones de la directora, quien las amenazó con llamar a agentes de inmigración si seguían acusándola.
Mediante la organización que crearon, los padres llevaron a cabo tres protestas masivas enfrente de la escuela, se hicieron escuchar por representantes del LAUSD (James J. Noble, administrador de operaciones y Damian Lenon, coordinador de consejeros del Distrito 6), reunieron 601 firmas que llevaron al distrito escolar (en esa ocasión tuvieron que esperar seis horas para entregar los documentos), se reunieron con Bennet Kayser, de la junta escolar y lograron el apoyo del Sindicato de Maestros de Los Angeles (UTLA) y del concejo de Cudahy.
Fue un proceso desgastante pero valió la pena, afirma Rosalina, quien considera que aunque muchas familias en Cudahy son familias inmigrantes de bajos recursos, los niños merecen una educación de calidad al igual que cualquier otro niño de Estados Unidos.
El pasado 20 de diciembre, todos los niños de la escuela Teresa Hughes recibieron un aviso en el que se anunciaba que Cortez Covarrubias dejaba de ser la directora de la escuela. “Fue el mejor regalo de Navidad que recibimos”, concluyó Víctor Guerra.