
En Estados Unidos el número de indocumentados oscila entre los once y doce millones. De ellos, seis de cada diez provienen de México. La existencia de la inmigración indocumentada incorporada a la vida económica de Estados Unidos es un secreto a voces. Ningún gobierno se ha atrevido a iniciar un proceso de deportación masiva de indocumentados, pero tampoco reconocen abiertamente la necesidad que tiene la economía nacional de esta mano de obra barata y eficiente.
La identidad de indocumentado se ha convertido en algo inherente a la persona, algo que se lleva encima cada día, cada hora, todo el tiempo. Para quienes viven esta situación, la marca indeleble de ser indocumentado como la elección entre el menor de dos males pesa a cada paso que se da. Y para quienes la viven a pesar de no haber sido su elección, puede volverse insostenible.
Los Dreamers se encuentran en esta situación. Se trata de la generación más joven de inmigrantes niños y adolescentes que llegaron a Estados Unidos traídos por sus padres, tras una decisión en la cual ellos no tomaron parte. Son chicos involuntariamente indocumentados, que carecen de un número de seguro social o un documento de residencia que haga legal su estancia en el país que consideran propio. Ellos están privados de acceder a los apoyos para estudiar, para obtener un trabajo digno, para viajar libremente o para conducir un auto. Viven bajo la sombra de la deportación a un país del que salieron siendo niños y que, por lo tanto, no conocen, ni recuerdan y cuyo idioma a veces no dominan.
Eileen Truax, originaria de la Ciudad de México, hizo maletas en 2004 para dirigirse a Los Ángeles y realizar un documental y aunque su plan como el de varios indocumentados era quedarse por uno o dos años, ya han pasado casi nueve años de vivir allá. Especialista en temas políticos y movimientos sociales, Eileen se incorporó como reportera a La Opinión, el diario en español con más circulación en Estados Unidos y ahí cubrió la fuente de asuntos relacionados con la comunidad mexicana en Estados Unidos, frontera e inmigración.
El trabajo diario le trajo decenas de historias de migrantes, unas de éxito y superación y otras muy dolorosas. Eileen está convencida de que la única forma de entender el tema migratorio es a través de la gente que se ve afectada por las políticas vinculadas al problema o por la falta de ellas. Afirma que es preciso asomarse a la diaria realidad de estos individuos para entender su pequeño drama cotidiano y también sus logros. Y es por ello que decidió escribir este libro que pretende explicar el tema migratorio a través de las voces de los migrantes. Las nueve crónicas que conforman la obra tienen por objetivo pasar de lo político a lo personal, demostrar que más allá de la burocracia legislativa o el derecho migratorio, el tema de los Dreamers es un asunto de derechos humanos.

Opina que este es el momento. Tras la reelección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos en 2012, el 2013 será recordado como aquél en el que nuevamente se echó a andar la maquinaria de la reforma migratoria. A finales de enero de este año, una comisión bipartidista integrada por ocho senadores ha anunciado una nueva iniciativa de reforma que se convierte en una esperanza. Es en este ambiente en el que se puede comenzar a comprender a los migrantes que buscan inclusión legítima en la sociedad, desde su base más noble, que son sus jóvenes y sus niños.
Eileen Truax es periodista chilanga y escritora freelance. Vive en Los Ángeles desde donde escribe para Gatopardo, Obras, el suplemento “Enfoque” de Reforma y otras publicaciones. Es autora de la columna “Si Muero Lejos de Ti”: que aparece los miércoles en Huffington Post Voces. Desde hace diez años es corresponsable de mantener andando a Malaespina Producciones. Dreamers. La lucha de una generación por su sueño americano es su primera obra.
El libro se presentará en LéaLA este sábado 18 de mayo a las 6 p.m. en el Salón Sor Juana Inés de la Cruz y participarán Guillermo Osorno, Alfredo Corchado y Carlos Amador.