
Bertha Rodríguez- Santos
La impresión que queda al estar frente al padre Alejandro Solalinde es que se trata de una persona dulce y refinada. Fuera del sermón sacerdotal esta percepción se confirma. Frente a los feligreses, el sacerdote católico mexicano muestra dominio del lenguaje y de los símbolos, capaz de oscilar entre conceptos abstractos del reino espiritual pero dándoles un sentido en el contexto de las relaciones humanas, en las cuales se inserta la migración, situación que lo empujó a aventurarse a este lado de la frontera.
El domingo 14 de abril, el padre Solalinde fue recibido por cientos de creyentes católicos para oficiar una misa oaxaqueña en honor a la virgen de Juquila, en la Iglesia Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, centro de la fe católica mexicana.
Desde ahí, Alejandro Solalinde anunció la realización de la “Caravana Abriendo Puertas a la Esperanza” que partirá el 30 de abril desde el bordo Caléxico-Mexicali, para recorrer varios estados de la Unión Americana y que en un mes llegará a Washington D.C para argumentar frente a los legisladores de Estados Unidos la urgencia de una reforma a las leyes de migración, que implique la legalización de más de once millones de personas que viven de manera irregular en este país.
Solalinde Guerra regresará a Los Angeles el primero de mayo para participar en una de las marchas por la reforma migratoria y se reunirá con miembros de organizaciones de migrantes, el 4 de mayo.

La caravana arrancará con el acompañamiento de 50 personas, miembros de organizaciones de derechos humanos y familiares de desaparecidas de Ciudad Juárez, Chihuahua. En su recorrido, los integrantes de la caravana también buscan concientizar a la población anglosajona sobre las injusticias que sufren los inmigrantes en su travesía hacia este país donde esperan encontrar trabajo y una mejor vida. Durante sus encuentros con organizaciones y medios de comunicación, el sacerdote llamará la atención sobre el papel que ha desempeñado el gobierno mexicano frente a la migración.
De entrada, Solalinde, advierte que contrariamente a lo que la administración de Erique Peña Nieto sostiene en el sentido de que el tránsito de migrantes centroamericanos ha disminuído, afirma: “el gobierno mexicano sigue las deportaciones, la migración mexicana está haciendo redadas y operativos migratorios a un nivel récord”. De acuerdo a la iformación de Solalinde, se registran alrededor de mil deportaciones de centroamericanos por día. “La situación es muy grave”, señala el cura.
Alejandro Solalinde Guerra, es fundador del albergue para migrantes “Hermanos en el Camino”, localizado en Ixtepec, Oaxaca, paso obligado de miles de centroamericanos que viajan hacia Estados Unidos. Ahí, Solalinde les ofrece hospedaje, alimentos, los cura de sus heridas y los proteje de los abusos de los grupos del crimen organizado que, en contubernio con las autoridades locales, los extorsionan, secuestran, violan y matan.
Durante una conferencia de prensa realizada frente al altar de la virgen de Guadalupe en la Placita Olvera, Solalinde afirma ante pregunta de los reporteros, que continúan las amenazas del crimen organizado en su contra. “Sigue la violencia y el interés de los carteles y los funcionarios públicos implicados. Es la industria del cachuco (se refiere al tráfico de migrantes centroamericanos), la industria del secuestro de los centroamericanos”.
Solalinde se pregunta: ¿Quién controla la frontera, los gobiernos o los carteles? Más adelante sugiere que es evidente que la frontera está totalmente controlada por los carteles de la droga, los cuales desde hace varios años diversificaron su industria incluyendo el tráfico y secuestro de indocumentados como forma de incrementar sus ganancias. “ Lo mismo ocurre de este lado”, afirma el sacerdote quien considera que ya “es tiempo de que dejen de ver a los migrantes como mercancía”. Y esta será una de las cuestiones que Solalinde va a plantear a los legisladores estadunidenses al final del recorrido.
Durante la reunión posterior con organizadores de la caravana en Los Ángeles, el sacerdote fue claro al señalar que cuando se reúna con los legisladores en Washington D.C, no será condescendiente y aprovechará la oportunidad de “recordarles su origen migrante”, igualmente tratará de convencerlos de que es necesario crear una nueva iglesia. “Ellos acabaron con los pueblos nativos. Se convirtieron en asesinos y ladrones. Tienen un doble rasero y una doble moral y todos los que lo hicieron, ahora son héroes”.
Según sus propias palabras, tratará de hacerles ver que “necesitamos un mundo incluyente, menos ojete, que estamos en el mismo barco, que es el Titanic y si ellos piensan que están a salvo porque tienen el timón están equivocados. Ellos son parte del sistema que crea la migración”.
Solalinde razona que si no se logra una solución real a la migración irregular, “si (los legisladores) piensan dar migajas, los migrantes van a continuar llegando, seguirá la delincuencia organizada y la cuestión de los carteles va a empeorar, incluso de este lado de la frontera”.

Después de darle la bienvenida, el sacerdote Richard Estrada, de la iglesia de La Placita Olvera, comprometió el respaldo de varios clérigos de diversas congregaciones del sur de California. Igualmente, le externaron su apoyo integrantes de las organizaciones como la Coalición Humanitaria Internacional Pro Inmigrante (CHIP), cuyos integrantes viajarán en la caravana, el Comité Pro Democracia en México, el Comité Pro Inmigrante La Placita, el Movimiento Yo soy 132, el Club de Zatecanos del Sur de California, el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) y la Organización Regional de Oaxaca (ORO), entre otras.
Desde la perspectiva de Solalinde, la caravana sólo es una iniciativa, un pequeño esfuerzo que busca abrir el debate sobre la migración con la idea de que los ciudadanos de este país comprendan las causas de la migración como “un acontecimiento histórico” de dimensiones globales.
“Es importante juntar las visiones, dialogar y compartir los puntos de vista”, insite Solalinde.
“Necesitamos oirnos para mejorar. Los ojos del sur necesitan ver con el corazón del norte y los ojos del norte, ver con el corazón del sur. Conjuntarlos en una sola acción solidaria que se propone abrir las puerta de la esperanza para que cada quien no se quede con su propia visión . Tenemos que abrir el corazón a no tener miedo”.
Argumenta el sacerdote que el problema de la migración es un problema sistémico, estructural, que ha producido una región muy empobrecida, un aumento de la violencia social, el desempleo y que “es consecuencia de un sistema enfermo que favorece a unos pocos ricos”.
“Ojalá que los gringuitos nos escuchen y entiendan nuestro mundo, que vieran lo que vale este pueblo, tenemos que transformar la percepción que de ellos se tiene en Estados Unidos. Es necesario juntarnos para platicar, relacionarnos…Tenemos que modificar muchas cosas. La caravana es sólo un comienzo: va a responsabilizar al gobierno de México y va a mover la conciencia de Estados Unidos. Hay que recordarles que los migrantes son la reserva espiritual del mundo, en especial de Estados Unidos”.
Acompañarán a Solalinde en la caravana los sacerdotes Leopoldo González de la Diócesis de Tapachula y Oscar Armando Campos Contreras, de la Diócesis de Tehuantepec.
El esfuerzo para llevar a cabo la caravana se hace gracias a las aportaciones de cada participante, por lo que los organizadores han establecido una vía para recibir donaciones del públcio, a través del sitio webhttp://www.chipmigrante.org
En su paso por Los Angeles, el mensaje de Solalinde hace eco en los feligreses y la comunidad católica con quienes intercambia bendiciones y buenos deseos.
Preocupado por la dieta de Solalinde, uno de los organizadores le pregunta qué es lo que deben conseguirle para que se alimente durante su trayecto. “Lo único que no puedo comer son piedras e injusticias”, responde sonriente Solalinde.
Consciente de todo el esfuerzo y peligro que implica su cruzada por despertar consciencias respecto a la necesidad de una legalización que resulte justa para los migrantes, el sacerdote sólo pide: “recen por mí”.