Día de Acción de Gracias es también día de ser voluntario en Oldtimers Foundation

Los voluntarios durante el evento fueron por docenas y de todas las edades. Isaías de 9 años dijo que le gustaba ser voluntario porque de esa forma la gente sabía que él era un niño bueno y no uno malo; además dijo sentirse bien porque la gente lo trataba muy bien. Foto: Agustín Duran/Latinocalifornia

Llevaban una hora de servicio y con la ayuda de unos 50 voluntarios ya habían servido 300 platillos de pavo a los asistentes, en su mayoría familias del sureste de L.A.

Por Agustín Durán

Cientos de familias llegaron a la organización Oldtimers Foundation en Huntington Park donde disfrutaron del platillo tradicional del Día de Acción de Gracias, escucharon música, bailaron, y fueron servidos por un ejército de voluntarios que los hicieron sentir como en su casa.

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Cane Vázquez, quien ya tenía su pareja preparada, Rene Alvarado, para entrar a la pista y bailar, dijo que llegar a Oldtimers el Día de Acción de Gracias es ya toda una tradición para ella por lo bien que la pasa.

“Me encanta la comida, el ambiente, lo bien que la pasamos, y también me gusta ver a tanto niño como voluntario”, expresó Vázquez. “Son muy amables y nos tratan muy bien. La verdad el servicio es lo mejor”.

Billy Monje, de Boy Scouts of America en Huntington Park, llevaba dos platos de pavo con vegetales, relleno y pastel de calabaza dijo que ha sido voluntario por varios años y le gusta porque se siente bien sirviendo a las personas de la tercera edad.

“Me hace sentir bien. Sé que es algo bueno y a la gente le gusta”, expresó el joven que no dejaba de dar vueltas del salón a la cocina por más platos.

Isaías, de 9 años y de la misma organización que Monje, estaba repartiendo la leche y asegurándose de que las personas o niños que necesitaran, la tuvieran lista y al momento.

“Soy voluntario porque es bueno hacerlo”, dijo Isaías. “Así la gente sabe que soy niño bueno y no niño malo. Y me gusta  porque la gente me trata bien”.

Graciela Rubio, directora asociada de AARP, una organización dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas mayores de los 50 años, y quien llegó con cinco voluntarios al evento, indicó la importancia de servir, particularmente a las personas de la tercera edad.

“En California tenemos alrededor de 4.1 millones de personas ancianas que sufren de hambre”, expresó, Rubio, quien subrayó la importancia y necesidad de los voluntarios, principalmente cuando de la tercera edad se trata.

Irene Muro, CEO de Oldtimers Foundation, subrayó que esperaban alrededor de ochocientas personas y contaban con cerca de 50 voluntarios para atenderlos.

Cane Vázquez, izquierda, Rene Alvarado, Socorrito Magaña, derecha al frente y Vilma Martínez al igual que María Espino no veían la hora para levantarse a bailar. Foto: Agustín Durán/Latinocalifornia

“Tenemos voluntarios de la Tropa 419 de los Boy Scouts de Huntington Park, también hay voluntarios de Girl Scouts y de Kids Club de la ciudad; además de la organización AARP”, indicó Muro, quien agregó que se cocinaron un total de 50 pavos para responder a la demanda de la gente que llega de la ciudad y de otras ciudades del sureste.

Gracias a los voluntarios, la fundación ya había servido cerca de 300 platillos en una hora  había dicho Guillermo Urías, empleado de Oldtimers y ayudante a organizar a los voluntarios en la cocina.

Sin embargo, uno de los que parecía no darse abasto era Francisco Salteado, el cocinero, quien en dos días preparó los pavos y a las 11 de la mañana y gracias a los voluntarios ya se habían servido casi una tercera parte del total de platillos que habían preparado.

Y aunque el trabajo de los empleados y voluntarios no pasó desapercibido por los asistentes, muchos de ellos después de haber disfrutado de la comida, estaban más preocupados por sacarle brillo a la pista de baile.

“Estoy esperando que se muevan de la pista”, indicó, Cane Vázquez, refiriéndose a unas personas que platicaban en la pista de baile, mientras la música sonaba y hacía bailar los pies de los asistentes.

El evento fue totalmente familiar y aunque uno de los grupos de enfoque es la tercera edad, el día de ayer, eran familias completas que llegaban con sus abuelitos y sus nietos a disfrutar de uno de los eventos más importante de la fundación.

El tiempo transcurrió, mientras decenas de jóvenes desde los 8 o 9 años hasta ya personas adultas llevaban la comida a las mesas, las limpiaban y atendían a todos los invitados como si estuvieran en su casa.

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