Monterrey, aún de luto a un año de la tragedia en casino

Familiares de los fallecidos en agosto de 2011 en el Casino Royale recuerdan a sus seres queridos en un acto público en Monterrey. Foto: EFE

Monterrey, México (EFE).- Los familiares de las víctimas de la matanza de hace un año en un casino de esta ciudad industrial del norte de México viven en el dolor y la impotencia, a la espera de que se haga justicia.

El 25 de agosto de 2011, miembros del cártel de Los Zetas atacaron por primera vez en forma directa a la población civil al prender fuego al Casino Royale, lo que causó la muerte de 10 hombres y 42 mujeres.

De acuerdo con las investigaciones de la tragedia, el ataque fue una desproporcionada y mal planeada advertencia de los criminales a los dueños del centro nocturno, que aparentemente se negaban a ser extorsionados.

Muchas de las víctimas murieron por quemaduras, pero la mayoría perecieron asfixiadas.

Las otras víctimas, hijos, padres, esposos y demás familiares de quienes fallecieron, aún no asimilan su pérdida.

Alejandro Morales siente que ha perdido todo desde la muerte de su hijo, Rubén Noé, y abrumado por el llanto manifiesta a Efe que su único deseo es morir para poder estar con él.

“Yo lo que quiero es ya morirme y seguir a mi hijo. Mucha gente perdió a un hijo, perdió una madre; yo perdí dos en uno, a mi hijo y a mi mejor amigo. Él era mi mejor amigo, era todo para mí”, dijo.

De 19 años y estudiante de preparatoria, Rubén llegó a trabajar al Royale un día antes de la tragedia con la esperanza de reunir dinero para cumplir su sueño de viajar a España y estudiar la carrera de sommelier.

“Soñaba con ser sommelier, le apasionaba, y para eso entró a trabajar allí, porque ganaría un poco más. Siempre estaba buscando información de escuelas en España; ya tenía todo planeado”, relató Alejandro Morales.

Aseguró que su hijo pudo haber salido del lugar, pero que su instinto lo hizo detenerse para ayudar a otros a ponerse a salvo, a costa de su propia vida.

“Era un muchacho sano, alto y muy ágil. Pudo haber salido vivo, pero apoyó en la evacuación, se puso como banquito para que las personas subieran en su espalda y pudieran salir”, expuso.

Eduardo Enrique Martínez Cavazos tenía 54 años cuando llegó al casino para lo que creía “un rato de esparcimiento” con su esposa Patricia Sáenz. Cuando sobrevino el incendio, ambos se separaron en medio de la confusión y ella nunca lo volvió a ver.

“Yo oigo a mis hijos llorar y es muy difícil esta situación, mezclada con rabia e impotencia”, declaró Patricia, madre de Eduardo y Enrique, mellizos de 18 años, y de Alejandro, de 14, quien padece distrofia muscular espinal.

Aún esperan que “se haga justicia y detengan a los demás responsables”. Hasta ahora, de los 18 señalados como responsables de la matanza, 17 ya fueron detenidos y sometidos a proceso penal.

Samara Pérez Muñiz, portavoz de los familiares de las víctimas, dijo que aún faltan por cumplirse los compromisos del gobierno federal, entre ellos el de procesar a todos los culpables, en especial el propietario de la casa de juegos, Raúl Rocha Cantú.

“Hasta la fecha no sabemos absolutamente nada de él y veo que las autoridades estarían obligadas a hacer que dé la cara. A un año de distancia es ridículo que no tengamos ni idea de qué ha pasado con ese señor”, afirmó Pérez, quien perdió en el incendio a su hijo Brad Xavier Muraira, de 18 años.

El presidente Felipe Calderón “no pudo o no quiso investigar”, señaló Pérez Muñiz, quien confió en que el caso “sea uno de los primeros puntos a tratar” por Enrique Peña Nieto, quien asumirá la Presidencia el 1 de diciembre si el tribunal electoral valida su triunfo.

Los familiares de las víctimas han recibido apoyo de servicios funerarios, médicos, psicológicos, y algunos obtuvieron becas por parte del Gobierno de Nuevo León, cuya capital es Monterrey.

Sin embargo, algunas familias aún están a la espera de recibir un fideicomiso que la primera dama de México, Margarita Zavala, prometió después de la tragedia.

Este 25 de agosto se realizará un homenaje a las víctimas que ha sido denominado “Voltea a ver”.

Se oficiará una misa en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, y la Arquidiócesis de Monterrey anunció que todas las celebraciones y acciones de sus parroquias en ese día serán dedicadas a las víctimas de la tragedia.

También se realizará una procesión hacia el Casino Royale, donde tendrá lugar una vigilia de las 16:00 horas a la medianoche, con diversas actividades frente al edificio.

Asimismo, Nuevo León tendrá tres días de luto e izará la Bandera de México a media asta en todos los edificios públicos los días 25, 26 y 27 de agosto.

De acuerdo con el decreto emitido después de la tragedia por el gobernador Rodrigo Medina, la manifestación de duelo se realizará cada año “en memoria a las víctimas inocentes del atentado” y en solidaridad “con sus familiares y seres queridos que les sobreviven”.

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