
Por Alicia Alarcón
Guadalajara, Jalisco. No hizo falta preguntarle a nadie, la información fluía sola. Los taxistas, los tenderos, las amas de casa. Todos iban a votar por el cambio. Calderón no supo como lidiar con el avispero del narco. Todos salimos picoteados. Los turistas dejaron de venir. Miren las Calandrias, solas dando vueltas por la Catedral. En el mercado de Abastos se puede caminar entre los puestos. Cuándo se había visto eso. Antes no había un centímetro libre para moverse. Muchos de afuera venían a surtirse. Las carreteras no están seguras. No sabes quién te va a parar. Si es un narco para levantarte o un policía para extorsionarte. Así ya no se puede vivir.
Manuel Murillo de 72 años, pequeño empresario, se opone al cambio. Es que ya nadie se acuerda de lo que vivmos con el PRI. Como nos obligaban a todos a ser parte del sindicato de la CTM. (Confederación de Trabajadores Mexicanos.) y a su dirigente Fidel Velázquez, cada año teníamos que cooperar para su regalo de cumpleaños: Un centenario. ¿Cuantes veces no le dimos su peso en oro? Vamos a regresar a lo mismo.
Para el ingeniero civil Salvador Vaca, el que regresa es un nuevo PRI. El PAN no pudo. No supo gobernar. De qué nos sirven nuevas obras, si lo más importante es la vida y la sentimos amenazada. Hemos perdido nuestra seguridad. Lo que viene en el PRI es una nueva generación de gobernantes.
Nuestra primera parada fue en Guadalajara. La invitación a presenciar, al siguiente día de nuestra llegada, la primera megamentada de madre para el gobernador saliente del PAN Emilio González Márquez, nos estaba esperando. Tuvimos que declinar. La noticia de que los jaliscienses habían impuesto un nuevo récord de Guinness con la mentada de madre más grande del mundo nos alcanzó en Jocotepec. Pueblo próspero, de gente cálida y emprendedora. Ahí charlamos con Jesús Palos, del Partido Verde. Candidato a diputado local. Un joven, considerado un ejemplo de la generación del cambio. Chuy, como lo llaman todos en el pueblo. Sin darse cuenta, nos dio una lección de humildad y verdadero activismo. Sin dinero, sin contactos, desafiando a los caciques en el poder. Logró la presidencia municipal y terminado su período. Se postuló por el Verde para diputado local de 18 municipios.
El recorrido fue de 5 días para recoger opiniones sobre los inminnetes cambios en el gobierno de Mexico. Desde Jalisco hasta Nayarit. En el autobús, subiendo la cuesta hacia Peñitas y Guayabitos, no había ojos más extasiados que los nuestros. La naturaleza se nos ofrecía generosa. Árboles gigantes con racimos de mangos que amenazaban con desprenderse de sus ramas en cualquier momento. Los tonos de verde variaban con el follaje que surgía a lo largo de la carretera. La abogada Esther Ornelas, una de las viajeras, se preguntaba cómo podía haber miseria en un país de tantos recursos. Sobre todo en el estado de Nayarit. Es por la corrupción. Contestó alguien. Todo va a cambiar a partir del domingo, dijo otro. Todo va a seguir igual. Refutó alguien más.
Y llegó el domingo 1ro. de julio y todos fueron muy felices, menos uno.
Doña Josefina Vásquez Mota candidata a la Presidencia por el PAN admitió muy contenta su derrota. No tuvo la cortesía de esperarse a que votáramos. Dijeron los de Baja California. Bravo por doña Josefina, qué lección de civismo ha dado. Dijeron otros. El asunto es que doña Josefina salió ante las cámaras con un traje sastre bordado y por primera vez se le vio reir ampliamente. Mostrando toda su dentadura y una cara de felicidad que no se le había visto en toda la campaña. No faltó quien dijera que si así se hubiera mostrado en toda la campaña tal vez hubiera inspirado más confianza. No que siempre anduvo con su sonrisa de media luna y su vestimenta de colegiala.
A Enrique Peña Nieta, el triunfador indiscutible del PRI, le faltaron adjetivos para agradecer el triunfo al pueblo de México, a las televisoras que siempre le sacaron su mejor ángulo y por supuesto a los militantes de su partido, en los que proliferan los felices mortales que pertenecen a la clase privilegiada de México. Los miembros de poderosos sindicatos petroleros, de Luz y Fuerza y de otros rubros que viven su vida sin los sobresaltos que provoca el desempleo y la escasez. Estos hombres y mujeres reciben todos los beneficios que le son negados a otros. Jubilación temprana y bien remunerada. Acceso a los mejores hospitales. Energía para sus hogares y gasolina para sus autos gratis. Para ellos el triunfo de Peña Nieto fue motivo de éxtasis colectivo.
Gabriel Quadri, muy contento de saber que más de una persona le creyó que su movimiento era el de un simple ciudadano. Aceptó su derrota y se desvivió en elogios para Josefina Vásquez Mota. En ningún momento mencionó a su benefactora Elba Esther Gordillo. Una de las mujeres más poderosas en la política mexicana. Y también en el desborde de su felicidad exhortó a Andrés Manuel Lopez Obrador a aceptar su derrota.
Andrés Manuel López Obrador no solo no se mostró feliz y mucho menos satisfecho con el triunfo de la izquierda mexicana que pasó a ser la segunda fuerza electoral y que él representa. En lugar de saborear el ascenso del tercer al segundo lugar en la preferencia del electorado mexicano. Andrés Manuel , de una forma indirecta, le envió un mensaje a sus mllones de seguidores de que no acepta su derrota de casi 8 puntos. Y de acuerdo a su declaración a los medios, va a esperar hasta el miércoles y que no va a dejar boleta electoral sin que la inspeccione y la compare. Denunció también a los medios y fuerzas ocultas que ocasionaron su derrota. En conclusión todo le huele a complot.