A partir de hoy los cuatro aspirantes a gobernar México tienen tres días para el último empuje y los electores otros tres para tomar su decisión. Fuera de las encuestas que siguen presentando a un favorito… la moneda está en el aire.

Por José Luis Sierra
Oaxaca de Juárez, México.- Común en estos casos, todos los candidatos prometen la visión de un México que nadie ha conocido. Común también, fuera de los electores convencidos –que no exactamente son la mayoría- el resto titila en el umbral de la duda.
No en la duda de perder, sino de caer nuevamente en el engaño.
Todos prometen lo mismo: seguro médico universal, uniformes gratis, seguridad pública, instituciones confiables, reformas estructurales (esta es una de las muchas promesas que no lograron explicar, pero suenan bonito); crecimiento económico; viviendas, empleos; alto a la corrupción, respeto a Derechos Humanos, reducciones en los precios de los energéticos, libros, uniformes, pensiones para discapacitados y personas de la tercera edad, internet y computadoras para todos… en fin, un país perfecto.
LOS DE ABAJO
“Yo siempre… siempre, había votado por el PAN”, confiesa Rigoberto García, mientras cuida un aparador metálico anclado en la acera norte de la Avenida 16 de Septiembre en Ciudad Juárez, su único sustento. “Pero la verdad el PAN me ha decepcionado”, agrega el pasado miércoles 20 por la mañana mientras que en un acto de malabarismo mental vigila su mercancía y observa a la multitud que espera la llegada del candidato “bautizado por los medios nacionales como “el de las izquierdas”, Andrés Manuel López Obrador.
-¿Usted cree que Andrés Manuel López Obrador si le va a cumplir?
“Pues ya probamos al PRI y al PAN, y los dos nos han dejado cada vez más pobres. A lo mejor este si nos cumple”, agrega y confiesa que desde que el actual presidente Felipe Calderón inició su guerra contra el narco, su negocio solamente le da para comer –“y nada más”.
LOS DE EN MEDIO
Dice un dicho popular mexicano que “cada quien habla de la feria según le va en ella”, y entre de los seguidores del PRI y el PAN la contienda se resume en dos argumentos: el PRI no pierde oportunidad en calificar a los miembros del PAN como incompetentes; mientras que el PAN insiste en que el PRI es un partido de corruptos. Ambos califican a la coalición de convergencia MORENA y PRD de tener a un candidato, Andrés Manuel López Obrador, obsesionado con el poder y cada vez que pueden acuden a la estrategia de elecciones anteriores de compararlo con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Por su parte, López Obrador insiste en que entre el PRI y el PAN no hay diferencia y que él representa la opción para “un verdadero cambio”.
“Hay treinta familias interesadas en que no lleguemos al poder”, declara Obrador una y otra vez cada vez que realiza un mitin de campaña. “Son las familias que han controlado México y que curiosamente han logrado ser incluidas en las listas de los más ricos del mundo mientras el pueblo de México es cada vez más pobre”, afirma y aclara que debido a su nueva estrategia de no confrontación, no puede dar los nombres pero estos pueden ser encontrados en la lista que publica anualmente la revista de negocios estadounidense Forbes.
De los cuatro candidatos “suspirantes” a la Presidencia el mas vituperado ha sido Gabriel Quadry, quien con apenas un 3% de popularidad la semana pasada concedió “que su proyecto es a largo plazo”. Quadry nunca pudo quitarse de encima la sombra de Elba Esther Gordillo, identificada por la opinión pública mexicana informada como una de las mas astutas y corruptas lideresas del gremio sindicalista mexicano.
LOS DE ARRIBA
Los de arriba no tienen que hablar.
Dueños de un poder político y económico inconmensurable que ha venido creciendo son también los dueños del mensaje y del mensajero; en este caso Enrique Pena Nieto –aunque algunos al principio de esta campana favorecieron a Josefina Vázquez Mota.
En realidad, sin “ensuciarse las manos”, los de arriba; es decir la cúpula empresarial, considera que el único candidato “incómodo”, es López Obrador, pese a que éste, en un intento por ganar la elección intentó conseguir sus confianzas.
Obrador está consciente de que la maquinaria del poder está en su contra y sus únicas posibilidades de triunfo residen en una estrategia de “dos bandas”. La primera en que la gente vote; y la segunda en vigilar el voto desde que entra a la casilla hasta que es computado.
LOS DE AFUERA
Estudiosos de pasadas elecciones presidenciales en México, los de afuera son grupos nacionales y extranjeros de expertos en diversas disciplinas que alejados de ideologías o intereses económicos observan este proceso y sus implicaciones como un fenómeno social con repercusiones nacionales e internacionales que podrían alterar (por lo menos a corto plazo) el frágil balance en el que por ahora se encuentra el mundo.
Indudablemente que quienes tienen mayor interés en estos resultados, ya que serian los que inmediatamente serían afectados, son los vecinos del norte; o sea Estados Unidos. También son los más responsables de la situación en la que se encuentra México ya que en su afán de explotar sus recursos naturales y su mercado, han solapado a todos los gobiernos posteriores a Lázaro Cárdenas -quien en 1939, para su muína, nacionalizó el petróleo.
El resultado es que en el presente México es un país con una economía sujeta con alfileres, cuasi-dependiente de la economía estadounidense, con instituciones débiles, funcionarios corruptos y una cada vez más amplia población de pobres.
Ninguna de las plataformas propuestas por los cuatro candidatos es viable por la sencilla lógica de que no se puede sacar de donde no hay; mientras tanto, México se encuentra en el umbral de un parto político difícil en donde las probabilidades de que sea mujer llegue al poder disminuyen y las dos opciones que quedan de varón dejarán contentos a muy pocos.
El resultado lo empezaremos a conocer el próximo domingo.