
Santiago de Chile.- No deja de sorprenderme la honradez con la que se expresan hoy los jóvenes. Son sinceros, francos y transparentes. En sus palabras no hay subterfugios, ni dobles lecturas, ni menos demagogia… la típica demagogia de los politiqueros de siempre, con sus históricos embustes, patrañas verbales e irrenunciable oportunismo político – financiero.
Lo mismo en Chile que en México, países hermanos con realidades muy parecidas, esquilmados mentalmente por clases políticas inescrupulosas, engañados por medios de comunicación manipulados por grupos de poder; naciones carcomidas por ambiciosos hombres públicos que buscan, mediante el discurso del “voto democrático”, lucrar a vista y paciencia de la ingenua ciudadanía. En Chile y en México, países hermanos, el escenario es el mismo.
Por eso celebro el honesto lenguaje de esta juventud que hoy se atreve a levantar la voz, a protestar por sus derechos exigiendo una educación libre de lucro; por atreverse a defender sus sueños juveniles desafiando carros lanza-aguas pestilentes y gases lacrimógenos.
Camila Vallejo, la líder del movimiento estudiantil chileno del 2011 —con profunda repercusión internacional— ha usado este lenguaje transparente durante su visita a México, interpretando las carencias de ambas naciones, alegando sin recato por la infausta concentración del poder económico que deja a muchos jóvenes sin futuro, además del duopolio informativo que históricamente ha manoseado la realidad a través de medios de comunicación tanto de Chile como de México.
Camila Vallejo Dowling no dudó en utilizar en México un lenguaje leal ante los integrantes del movimiento #YoSoy132, con lo cual evidenció su simpatía por la similitud organizacional y el repudio al duopolio informativo.
En la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco Camila participó en el foro “Universidades Públicas en América Latina: el debate necesario”. Allí se expresó con el lenguaje franco de los jóvenes, al cual me refiero: “No vengo a decir qué hacer o por quién votar, sino vengo a enriquecerme de lo que pasa en México y a difundir el movimiento de los estudiantes chilenos”.
Con la misma espontaneidad, Camila Vallejo reveló que tanto en Chile como en México, los respectivos movimientos estudiantiles han recibido “el embate del duopolio mediático”. Ante tan evidente manipulación informativa, sentenció: “Los jóvenes salimos a las calles para demostrar que no somos apáticos sino conscientes de nuestra realidad”,
En el mismo lenguaje transparente, Camila apuntó a la clase política, desnudándola con crudeza por constituir una herramienta de transformación social. “Por eso queremos —enfatizó— transformar la educación como movimiento, porque queremos que sirva para transformar cada país”,
Y agregó algo digno de reiterar: “La política está secuestrada; los políticos están desprestigiados. Queremos rescatar la política porque está alejada de las necesidades sociales. La política debe ser herramienta de transformaciones sociales”
No recuerdo, en muchos años, haber escuchado a algún político latinoamericano —y no hablo sólo de Chile o de México—, expresarse con tanta claridad, con tanta lucidez, con tanta pureza mental como en este diálogo entre jóvenes chilenos y mexicanos.
“Queremos transformar la educación como movimiento, porque queremos que sirva para transformar cada país”, concluyó la líder estudiantil chilena.
Creo que podemos soñar a futuro con un mundo mejor, más justo, más equitativo, donde no exista la palabra “lucro”. Ellos, los jóvenes, tienen razón: la política no le pertenece a un grupo minoritario de individuos; es de todos… ¡lo mismo que cada país!
Coincido con estos jóvenes idealistas y de lenguaje suelto, transparente: ¡podemos soñar con un mundo mejor!