
Agustín Durán
Los Ángeles.- Desde las 7:00 a.m. del domingo fueron llegando poco a poco los participantes, todos equipados con sus bicicletas, cascos protectores y ropas ligeras para poder pedalear 50 millas, desde Santa Ana hasta Los Ángeles. Muchos de ellos jamás han recorrido en bicicleta por más de una milla, pero su entusiasmo y deseos de apoyar a los estudiantes del OC DREAM Act Ride 2012 era más grande.
Uno de ellos fue Kevin, de 15 años de edad, quien llegó con la bicicleta de su hermano para apoyar la causa de los estudiantes que no tienen documentos.


Chu llegó como turista con su familia cuando tenía 10 años, pero se quedó en Estados Unidos y por un momento su futuro se vio truncado porque no tenía los documentos para cursar estudios universitarios. Incluso estuvo a punto de irse a México o Canadá para terminar una carrera. Pero finalmente logró su residencia permanente y obtener su título universitario.
“Si no hubiera sido por la oportunidad que tuve de arreglar documentos, posiblemente no estuviera hoy aquí”, enfatizó el joven, quien también es un novato en la pedaleada, pero dice que eso no es lo importante. “Saber o no saber andar en bicicleta es lo de menos, lo importante es apoyar la causa”.
Debido a que la lucha ha persistido por años, ya muchos jóvenes se han graduado de la universidad y no pueden ejercer su carrera, teniendo que desempeñarse en otras actividades que les ayuden a subsistir.
Ese es el caso de Gilbert, hijo de Gladys Escudero, quien se graduó en Ciencias Políticas hace un tiempo, pero hasta el momento no puede ejercer su carrera por la falta de documentos. El joven, aunque no pudo participar en el evento por tener que hacer otro tipo de trabajos que le ayudan a pagar sus gastos, le había pedido a su mamá que fuera a apoyar al grupo.
Gladys era de las pocas madres de familia que habían llegado a brindar apoyo; la mayoría de los simpatizantes eran jóvenes, sobre todo latinos, aunque también hicieron acto de presencia algunos blancos, afroamericanos y asiáticos.

Erick Huerta, uno de los organizadores, indicó que la mayoría de los participantes eran nuevos, gente que no había estado el año pasado, y eso le daba gusto porque en su opinión quería decir que más gente conocerá lo que significa en verdad ser un estudiante que está involucrado en el DREAM Act.
“Mientras más gente conozca la verdadera problemática de los estudiantes es mejor, porque seguro que obtendremos el apoyo y es lo que necesitamos”, expresó Huerta, quien como a las 9:45 a.m. terminó de dar las últimas instrucciones para partir de dos en dos rumbo a Los Ángeles.
Calles, avenidas, pistas de bicicleta a lo largo del río y otra vez avenidas y calles hasta llegar al Este de Los Ángeles eran un panorama poco positivo para las personas que generalmente no están acostumbradas a usar la bicicleta; pero el entusiasmo y la camaradería entre las decenas de participantes era lo que prevalecía y, al final, pedal con pedal, viajaron entusiasmados.
Debido a que las posibilidades de regresar pedaleando serían casi imposibles para algunos, el plan era utilizar el transporte público, reforzando el uso del Metro y el autobús como alternativa para un mejor medio ambiente.
“Ayudas a los jóvenes, haces ejercicio en tu bicicleta y ayudas a no contaminar más”, expresó Gladys , quien dijo que ella apoya a los estudiantes en todo momento y exhortó a más padres a hacer lo mismo.