Amplían debate sobre legalización de drogas

Un militar mexicano custodia un camión decomisado que transportaba droga.

OEA insiste que narcotráfico amenaza la democracia regional, mientras varios mandatarios centroamericanos consideran despenalizar el consumo de estupefacientes

Hugo Espinoza Caut

twitter: @drugoespinoza

Las operaciones de los carteles de drogas mantienen a la región en un estado alarmante de inseguridad. Cerca de 357 mil personas han fallecido por la violencia asociada al narcotráfico, señaló Adam Blackwell, secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización de Estados Americanos (OEA).

 “La participación de estas bandas criminales en los procesos eleccionarios es otra expresión de los riesgos que el crimen organizado impone sobre la preservación de nuestra institucionalidad democrática”, agregó Blackwell hace unos días en la Ciudad de México, donde se efectuó la Reunión Hemisférica de Alto Nivel contra la Delincuencia Transnacional, organizada por la OEA.

 En el encuentro estuvo también presente el presidente Felipe Calderón y el titular de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, quien apoyó al gobierno mexicano  “por el ejemplo que está dando al mundo de un país que no se doblega ni ante el delito ni ante la violencia”. Sin embargo, una serie de mandatarios latinoamericanos han levantado una crítica a la actual política antidrogas de la región y desean ampliar el debate sobre la materia.

 Legalización de las drogas

 El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, fue el primero en disparar proponiendo la despenalización del consumo de drogas, como política alternativa al prohibicionismo para menguar a los carteles de narcotráfico. “Con toda la tecnología y los recursos y millones de dólares que dio Estados Unidos el problema no ha disminuido”, indicó el mandatario, cuyo gobierno ha intentado generar consenso con otros países vecinos.

 Hasta ahora, los gobernantes de Nicaragua (Daniel Ortega), Costa Rica (Laura Chinchilla) y Panamá (Ricardo Mantinelli) han aceptado el llamado de su homólogo guatemalteco, en una ofensiva diplomática de cara a la Cumbre de las Américas, en abril próximo. Países como Argentina, Perú, Uruguay y México ya permiten la posesión de pequeñas cantidades de marihuana, mientras políticos de Brasil y Colombia exploran medidas alternativas de reclusión para consumidores de drogas ilegales.

 “Creo que ya es hora de empezar a intentar otra forma de encarar ese problema. Y que la idea de la legalización, que al principio parecía tan excéntrica y minoritaria, se va abriendo camino poco a poco”, ha indicado el escritor y político peruano Mario Vargas Llosa. Otro premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, ha dicho también: “No es posible imaginar el fin de la violencia en Colombia sin la eliminación del narcotráfico y no es imaginable el fin del narcotráfico sin la legalización de la droga, más próspera cada instante cuanto más prohibida”.

 Resguardo estadounidense

 La semana pasada fue el turno de Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior de los Estados Unidos, quien realizó una extensa gira por Centroamérica y el Caribe, y en estos días se unirá el vicepresidente de la nación, Joe Biden, quien se encuentra de gira por México y otros países buscando disuadir la propuesta de Guatemala.

 “La administración Obama ha sido enfática en nuestra oposición a la descriminalización o legalización de drogas ilícitas”, ha indicado Dan Restrepo, el principal asesor hemisférico de la Casa Blanca, agregando que se espera que en privado los líderes latinoamericanos “dejen sentada su posición”.

 Uno de los presidentes que también rechaza un cambio de política es el salvadoreño Mauricio Funes, ya que a su juicio crea “un problema de índole moral”. “¿En qué vamos a convertir a Centroamérica? En un paraíso del consumo de drogas”, agregó Funes.

 

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