Benedicto XVI condena el narcotráfico en México

Benedicto XVI a la hora de emprender su viaje a México.

Ciudad del Vaticano (EFE).- En su viaje rumbo a México, el papa Benedicto XVI condenó la violencia del narcotráfico en la nación azteca y pidió  un diálogo en Cuba para reemplazar al marxismo.

Las declaraciones del pontífice tuvieron lugar a bordo del avión papal, donde Benedicto XVI manifestó que la idolatría del dinero es la causa de que en México se haya desatado tanta violencia a causa del narcotráfico, lacra que ha destruido más de 50 mil vidas, sobre todo de jóvenes.

Sobre Cuba, dijo que  “resulta evidente que la ideología marxista, como fue concebida, no responde ya a la realidad, así que se tienen que encontrar nuevos modelos, con paciencia y en una forma constructiva”.

El avión en el que viaja el papa, un “Boeing 777”, de la compañía italiana Alitalia, despegó del aeropuerto romano de Fiumicino a las 09.50 horas (08.50 GMT) y tiene previsto aterrizar en el aeropuerto de Guanajuato a las 16.30 horas (22.30 GMT) tras cubrir los 10.267 kilómetros que separan ambos aeródromos.

El pontífice viaja acompañado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone; el Sustituto (“número tres” del Vaticano) de la Secretaría de Estado, el arzobispo Giovanni Angelo Becciu, y de miembros de ese departamento.

También viajan con el papa el cardenal español Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y el purpurado canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.

Asimismo le acompañan el cardenal mexicano y ex ministro vaticano de Salud, Javier Lozano Barragán; el purpurado Robert Sarah, presidente del Consejo Pontificio “Cor Unum”, el organismo de la Santa Sede que se encarga de distribuir la caridad del papa, y el “ministro de Exteriores del vaticano”, el arzobispo Dominique Mamberti.

Los restantes integrantes de la comitiva papal son el maestro de Ceremonias Pontificias, Guido Marini; su médico personal, Patrizio Polisca; el organizador de los viajes papales, Alberto Gasbarri; miembros de la seguridad del Vaticano y otras 70 personas entre periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión.

El pontífice fue despedido en el aeropuerto romano por el presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, y por el obispo de la diócesis de Fiumicino-Porto Santa Rufina, de la que depende Fiumicino, Gino Reali, y otras autoridades italianas.

Este es el vigésimo tercer viaje de los realizados por el mundo por el papa Benedicto XVI en sus casi siete años de pontificado, el segundo a América Latina tras el efectuado a Brasil en 2007 y el primero a dos países de esa región de lengua española.

El papa  será recibido por el presidente Felipe Calderón, quien ha preparado para él una ceremonia con honores de jefe de Estado y un toque de alegría y música del país.

En el aeropuerto internacional de El Bajío, ubicado en la población de Silao, centro de México, se espera la llegada del sumo pontífice a las 16.30 hora local (22.30 GMT).
En principio está prevista una recepción oficial con saludos entre ambos jefes de Estado, honores militares y discursos de Calderón y Benedicto XVI, por este orden.
Además, habrá una presentación del Ballet Folclórico de la Universidad de Guanajuato y la actuación de un grupo de mariachis en honor al pontífice.
Posteriormente, Joseph Ratzinger montará en el papamóvil y recorrerá los 34 kilómetros que separan el aeropuerto del Colegio Miraflores, en la ciudad de León, donde pernoctará las tres noches de la visita.
El recinto pertenece a la congregación de las Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, y fue fundado por la madre Trinidad del Purísimo Tesoro.
“Para la congregación es una bendición y un regalo de Dios recibir al papa Benedicto XVI”, dijo el comité organizador de la visita apostólica.
Ratzinger realiza su primera visita a México desde que fue nombrado papa el 19 de abril de 2005 y la segunda a América Latina tras la que le llevó del 5 al 9 de mayo de 2007 a Sao Paulo, Aparecida y Guaratinguetá (Brasil).
México es el segundo país con más católicos en el mundo, solo superado por Brasil.

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