Por Rubén Moreno

Durante los últimos cuatro años, Fausto Hernández ha ido pasando de lavadero en lavadero de autos, buscando el que mejor condiciones de trabajo ofreciera en Los Ángeles. Lo que halló fue que prácticamente todos seguían la misma rutina de explotación a sus empleados.
Entre las más comunes están, según cuenta, la falta de descansos y el robo de salarios.
“Llegaba a trabajar a las 7:30 am, me iba a las 6:00 pm y solo me pagaban tres horas al día”, dijo Hernández, quien ha estado cobrando el salario mínimo. Es decir, cada jornada solo ganaba 24 dólares a pesar de haber trabajado más de diez horas.
“El jefe nos daba carrilla. Lavábamos unos 280 autos al día y no nos dejaba parar a descansar”, agregó.
Por fortuna para los lavadores de auto, la situación ha comenzado a cambiar. Los empleados de dos compañías en el sur de Los Ángeles, Vermont Car Wash y Nava´s Car Wash, anunciaron este martes que llegaron a un acuerdo con sus dueños para tener representación sindical y fijar las condiciones laborales de un contrato inicial que durará dos años.
“Se les garantiza que van a tener un aumento del 2% del salario, que cada hora que trabajen se les va a pagar y que si hay alguna disputa pueden iniciar un proceso formal de quejas”, comentó Neidi Domínguez, portavoz de la campaña Clean Car Wash con la que los trabajadores de lavaderos de auto han creado conciencia sobre sus condiciones laborales.
El año pasado, los trabajadores de Bonus Car Wash en Santa Mónica se convirtieron en los primeros en firmar un contrato con respaldo sindical en un sector en el que trabajan unas 10 mil personas en unos 500 lavaderos de autos en Los Ángeles.
“En tres años de negociaciones hemos conseguido firmar tres contratos, pero pensé que iba a tomar mucho más tiempo”, dijo María Elena Durazo, secretaria de la Federación de Sindicatos de Los Ángeles (AFL-CIO). “Acabamos de sumar dos victorias más. Aunque nunca se sabe cómo pueden venir las próximas negociaciones, al menos ya se ha roto el hielo”.


“Es muy duro organizar un nuevo sindicato donde no lo hay cuando hay personas que creen que no tienen que pagar por hora a sus trabajadores o que deben cumplir con un salario mínimo”, expresó el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, quien mostró su apoyo a la lucha que han mantenido quienes se hacen llamar los carwasheros.
“Todos los trabajadores merecen respeto y dignidad”, agregó el alcalde.
“Los abusos se cometen porque la mayoría de estos trabajadores son inmigrantes a quienes se ve como mano de obra barata que no van a protestar”, dijo Domínguez. “Luchar contra esa intimidación es un camino cuesta arriba”.
Luis Nava, quien ahora es dueño de su propio lavadero, sabe también lo que es la explotación laboral. La padeció cuando, con trapo en mano, limpiaba y secaba autos sin que le pagaran todas las horas trabajadas. Ahora como jefe, reconoció haber heredado esa mala costumbre, pues a sus propios empleados tampoco les pagaba todas las horas trabajadas.
El contrato que acaba de firmar con sus trabajadores establecerá las reglas más claras.
“Cobraban 50 dólares al día, estuvieran las horas que estuvieran”, dijo Nava. “Este contrato creo que nos va a beneficiar a todos, a los dueños y a los trabajadores”.

“No nos daban tiempo ni para almorzar”, dijo Manuel Aguilar, uno de los empleados beneficiados por el contrato sindical que sigue al pie de la letra las leyes laborales. “Ni siquiera nos daban agua. Si nos parábamos para comer, llegaba el jefe, tumbaba la mesa y tiraba la comida”.
“El miedo que tienen de hablar estos trabajadores es lo que hace que se sigan cometiendo abusos”, dijo Durazo. “Por eso los empleadores piensan que nunca se van a levantar a luchar por sus derechos. Pero eso ya está cambiando”.
“No vamos a cambiar a los empleadores¨, agregó. “Estamos cambiando la forma de pensar de los empleados”.