Triunfo de Romney en Iowa carece de brillo

Gingrich (izquierda) y Romney durante uno de los debates republicanos.

El triunfo de Mitt Romney en las asambleas de Iowa se decidió hasta el final con muy pocos votos de diferencia, lo que no representa una buena señal para los aspirantes de este partido, como lo indica el siguiente análisis de la agencia AP:

La victoria de Mitt Romney por el grosor de un pelo en las asambleas de Iowa fue deslucida y tuvo el estruendo de un anticlímax, pero lo acercó a la candidatura republicana principalmente porque sus rivales principales ocuparon los lugares cuarto y quinto.

El ex gobernador de Massachusetts no escatimará elogios a su triunfo sobre Rick Santorum, quien podría haber invertido el resultado si un puñado más de partidarios se hubiese presentado a votar, pero lo importante para Romney fue la paliza que sufrieron Newt Gingrich y Rick Perry.

Los estrategas republicanos consideraban que el ex presidente de la cámara baja y el actual gobernador de Texas tenían el mayor prestigio para presentarle una amenaza a largo plazo a Romney, quien se ha mostrado incapaz de obtener el apoyo de más de la cuarta parte de la base republicana. Ahora está en duda la viabilidad misma de las campañas de Perry y Gingrich.

Los que más se acercaron a Romney en Iowa fueron Santorum —a quien casi nadie tenía en cuenta apenas dos semanas atrás— y el representante texano Ron Paul, de tendencia libertaria.

Santorum debe demostrar si es capaz de aprovechar su avance notable en Iowa para erigirse en la tan buscada alternativa de derecha a Romney. No le resultará fácil.

Santorum, de 53 años, perdió con amplitud en su intento de ganar un tercer período como senador por Pensilvania en 2006. Sus operaciones de recaudación de fondos y reclutamiento de activistas son modestos y es casi desconocido fuera de los círculos interesados en la política.

Paul, de 76 años, aparece más como un activista antibelicista y contra los impuestos que un presidente en potencia. El mismo dijo recientemente que no se concebía como presidente.

“Romney hizo lo que debía hacer, pero no mucho más”, dijo el estratega republicano Terry Holt.

Del lado positivo, Romney puede sostener que además de ganar en Iowa, triunfó sobre las expectativas. Dijo desde el comienzo que Iowa no le era políticamente afín y concentró sus primeros esfuerzos en Nueva Hampshire. Hizo campaña en Iowa al final, al advertir que ninguno de sus rivales concentraba el voto anti-Romney.

Ahora viaja a Nueva Hampshire, donde posee una vivienda y juega de local. La primaria se realiza el martes próximo.

Sin embargo, también se puede destacar la mediocridad de su triunfo inicial. Obtuvo la cuarta parte de los votos. Es precisamente el resultado deslucido que ha obtenido mes tras mes, en encuesta tras encuesta de votantes republicanos.

Es el mismo porcentaje que obtuvo cuando terminó segundo en Iowa en 2008. Los veteranos dicen que Romney debe encontrar la manera de atraer a la derecha si quiere derrotar al presidente Barack Obama en noviembre.

“Si Romney fue incapaz de alterar el medidor siquiera en un centímetro comparado con hace cuatro años” a pesar de todo el dinero que se gastó en su nombre, “es difícil concluir que ha atraído a nueva gente o ampliado su base de apoyo”, dijo Jen Psaki, una colaboradora de Obama en la campaña y ahora en la Casa Blanca.

Algunos consultores republicanos dicen que el vaso de Romney está medio lleno.

“Romney lleva la delantera en Nueva Hampshire”, dijo Terry Nelson, quien asesoró a Tim Pawlenty antes de que abandonara la contienda. “Iowa no produjo un aspirante capaz de descarrilarlo”.

Nelson dijo que será “muy difícil” para Santorum recaudar los fondos y construir la organización que necesita para competir en los próximos estados.

Los demócratas veían el otro lado de la moneda. El dirigente Matt Bennett dijo que Santorum y Paul “son los candidatos evidentemente menos elegibles desde que Donald Trump se retiró”.

El problema de Romney es su incapacidad para lograr una gran mayoría, añadió Bennett. “Para desafiar a un presidente no basta un aplauso de cortesía ni el apoyo renuente de la propia tropa”.

Los demócratas esperaban que Romney tuviera un comienzo arduo y difícil. Quieren verlo golpeado y desangrado de dinero durante el mayor tiempo posible antes de las convenciones partidarias.

Los resultados en Iowa son decepcionantes para los dos partidos.

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