Por Rubén Moreno
Desde que la Línea Azul de Metro comenzó a operar hace más de dos décadas, la ruta que une el centro de Los Ángeles con Long Beach ha visto no solo incrementar el número de pasajeros que la utilizan sino también el de muertes asociadas con ella.
Los más de 800 accidentes y 100 fatalidades que han ocurrido desde su inicio a lo largo de las 22 millas de recorrido le han hecho ganar la fama de ser la ruta de tren ligero más mortal de Estados Unidos.

Las autoridades creen que el elevado número de viajeros -más de 90 mil a diario- junto a la densidad demográfica de las áreas por las que pasa el trayecto son factores notables que de por sí hacen aumentar la probabilidad se sufrir accidentes. Pero sostienen también que la gran mayoría de ellos se pudieran haber evitado si el peatón o conductor hubieran hecho uso del sentido común o no se hubieran distraído al momento de cruzar las vías.
Las prisas y desobedecer las señales de tráfico son una constante que dan pie a tragedias, aun cuando está la policía delante.
Por tercer año, Metro realizó en colaboración con varias agencias del orden un operativo de seguridad para recordar la importancia de respetar el paso del tren. Esta vez, el tramo escogido comprendió siete millas entre las estaciones Vernon y Del Amo, donde el convoy circula a una velocidad de 55 millas por hora. Con la presencia visible de los agentes, el objetivo más que asustar fue multar a todos aquellos peatones y conductores que infringieron las normas.
“Tal vez solo así entiendan que tienen que respetar las señales y no cruzar cuando se aproxima un tren”, opinó Rafael Acosta, quien vende tamales en la calle cerca de la estación Florence y consideró “magnífico” el operativo de seguridad realizado.
Una y otra vez, Latino California presenció cómo en el cruce de las calles Florence y Graham, en el sur de Los Ángeles, tanto peatones como conductores se apresuraron a pasar cuando las luces rojas estaban parpadeando y las campanas ya habían comenzado a sonar.
“Con frecuencia vemos a personas que corren con la luz en rojo y se atraviesan cuando las barreras ya están bajando”, comentó Diana Holloway, teniente del Departamento del Sheriff de Los Ángeles. “La gente no presta atención. Van caminando o conduciendo distraídos, o hablando por teléfono sin darse cuenta de que viene un tren”.
PIDEN PACIENCIA
La teniente Holloway tuvo que gritarle “párese ahí” a un joven que se disponía a atravesar la vía con su bicicleta cuando la barrera ya estaba por la mitad. En circunstancias similares, otro peatón fue multado cuando optó por seguir caminando una vez que la campana comenzó a sonar.
De acuerdo con José Ubaldo, portavoz de Metro, desde que las barreras se activan hasta que vuelven a subir pasan 58 segundos. En hora pico, la Línea Azul registra el paso de un tren cada cinco minutos.


“La gente no entiende que el tren tarda menos de un minuto en pasar. Prefieren darse prisa en cruzar porque se les hace tarde, cuando no hay necesidad de correr”, comentó.
Durante el operativo que duró poco más de tres horas, las autoridades dieron 314 multas, es decir, prácticamente una cada minuto. Un total de 141 fueron para peatones.
“Muchas veces las personas no se dan cuenta de que, aunque haya pasado el tren, está viniendo otro por el otro lado”, indicó Ubaldo.
La multa varía dependiendo del tipo de violación, pero según Holloway oscilan entre los 100 y los 950 dólares.
Las autoridades aprovecharon también a multar a todos aquellos conductores que vieron infringiendo cualquier otra normativa del código de circulación, desde los que hablaban por teléfono mientras estaban al volante hasta los que tienen los cristales delanteros polarizados.
Jorge García fue uno de ellos. Recién acababa de lavar su auto y por no bajar las ventanillas para que el agua no manchara el vidrio, al instante tuvo un agente detrás de él ordenándole parar. Ahora tendrá que quitar el tinte de los cristales y justificarlo en la corte.
UN TRAYECTO MORTAL
Tan solo durante el año pasado se produjeron 27 accidentes en la Línea Azul. En nueve de ellos hubo víctimas mortales, incluyendo cuatro personas que se suicidaron. El hecho de que las vías corran paralelas a la carretera sin que en una buena parte del trayecto haya ninguna separación física entre los trenes y los vehículos o personas crea una situación propicia para quienes piensan quitarse la vida.
“Los suicidios no se pueden prevenir. Nunca vas a saber quién se quiere suicidar y cuándo, pero sí le pedimos a las personas que cuando vean algo extraño llamen a las autoridades”, apuntó Ubaldo.
Para todos aquellos accidentes que sí se pueden prevenir, Metro cumple con los reglamentos necesarios de advertencia: desde luces que parpadean, hasta campanas, barreras, bocinas en los trenes que se acercan, señales luminosas que se encienden advirtiendo de la proximidad de un convoy y carteles tanto en español como inglés en los que se puede leer que está prohibido cruzar la vía tan pronto como comience a sonar la campana y a bajarse la barrera.
“La gente tiene que respetar estos señalamientos, pero desafortunadamente muchos no lo están haciendo o están distraídos”, expresó Ubaldo.
“Seguido aquí ves a la gente que no obedece las señales y pasan corriendo con las luces encendidas”, comentó una mujer que a diario se sitúa cerca del cruce de las calles Florence y Graham para repartir propaganda. “Ahora porque está la policía hay más gente que está respetando las señales, pero mañana cuando no estén volverá a ser lo mismo”,
En el historial de accidentes de la Línea Azul también hay registrados impactos del tren contra autobuses públicos de Metro. Aunque los conductores de todos los autobuses deben hacer una parada completa antes de atravesar una vía, incluso cuando la luz esté en verde y no venga un tren, algunos corren la premura de pasar cuanto antes. Durante el operativo, Latino California comprobó también que un autobús de Metro pasó las vías con las barreras de seguridad por la mitad. Varios agentes del Sheriff lo vieron y comentaron el incidente entre ellos, pero no lo decidieron multar.

Ni siquiera las autoridades se salvan de sufrir accidentes en la Línea Azul. En 2010, un auto patrulla fue impactado en Long Beach por un convoy cuando el conductor del tren se saltó un semáforo en rojo, y cuatro años antes un camión de bomberos también resultó accidentado en Los Ángeles cuando atravesó las vías durante una llamada de emergencia.
La recomendación de Holloway es usar el sentido común y armarse de paciencia. Perder un minuto en la vida no es nada comparado con perder la vida en un minuto. Pero para eso hay que empezar por respetar las señales.
MULTAS DADAS DURANTE EL OPERATIVO DE SEGURIDAD
Conductores
20 por conducir al mismo tiempo que usaban el teléfono
2 por pasar un semáforo en rojo
3 por rebasar el límite de Stop
3 por no ceder el paso al peatón
35 por otro tipo de infracciones
Peatones
132 por cruzar cuando las barreras, luces y campanas se han activado
2 por cruzar por donde está prohibido
12 por no obedecer señales para peatones
7 por otro tipo de infracciones
Pasajeros
82 por no pagar el viaje
1 por fumar en el andén
1 por montar en bicicleta en el andén
1 por llevar materiales peligrosos dentro del tren
Varios
9 por no conducir con los permisos requeridos
4 vehículos remolcados porque el conductor no tenía licencia de conducir
1 infracción menor
Fuente: Metro/Departamento del Sheriff de Los Ángeles