
Por María Luisa Arredondo
En los 21 años que estuvo casada, Emma Hernández (nombre ficticio) nunca supo lo que era tener un mínimo de libertad. “Mi esposo me controlaba todo, adónde iba, con quién, qué compraba, hasta qué vestido me ponía. Si no le hacía caso, me pegaba”, confiesa con las mejillas ligeramente ruborizadas.
El martirio de Emma terminó hasta que quedó viuda, hace siete años. Desde entonces, su vida dio un giro de 180 grados. “Me costó levantarme, pero gracias a mis hijos, pude encontrar trabajo en una tienda y ahora me siento libre”, dice la mujer, originaria de Jalisco y residente del condado de Orange.
Pese al maltrato sufrido, a Emma nunca se le ocurrió denunciar a su marido. “Yo pensé que era normal la forma en que me trataba y además me daba miedo reportarlo con la policía porque no tenía papeles”, dice.
Miles de mujeres inmigrantes en EEUU atraviesan por situaciones parecidas a la de Emma. Son víctimas de abuso pero no se quejan por ser indocumentadas, porque no dominan el inglés y por el machismo tan arraigado en los países de Latinoamérica.
En el condado de Orange el problema ha adquirido proporciones alarmantes. En 2010, según la Procuraduría de Distrito, de 8,998 casos que se reportaron en ese condado, 4,358, es decir casi el 50%, se dieron entre la población de habla hispana, en su mayoría de origen mexicano.
Para combatir este flagelo, el condado de Orange organiza desde hace seis años, junto con otras instituciones, una conferencia anual sobre el tema. Desde hace dos años el evento cuenta con la participación del consulado de México en Santa Ana que forma parte del Consejo en contra de la Violencia Familiar. “El objetivo es informar a las mujeres sobre los recursos que existen para que pidan ayuda, así como sobre las nuevas leyes que se han creado para protegerlas”, dice la cónsul Alejandra García Williams.
Este año, la oradora principal de la conferencia, que tuvo lugar el pasado jueves, fue la secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres de México, María Elena Álvarez Bernal, quien manifestó que la violencia contra las mujeres es un problema ancestral que tiene hondas raíces culturales que parten de la premisa de considerarlas inferiores con respecto a los varones.
La funcionaria indicó que según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) siete de cada 10 mujeres mexicanas mayores de 15 años han vivido al menos una situación de violencia de género, ya sea en el ámbito comunitario, escolar o laboral o familiar.
Según Álvarez , para atacar este problema el gobierno de México creó en 2001 el Instituto Nacional de las Mujeres, cuya misión principal es promover los derechos humanos de este grupo. Con la misma finalidad, la funcionaria destacó que el Congreso aprobó recientemente dos importantes leyes: la Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
De manera paralela, Álvarez dijo que se han creado refugios para mujeres, una línea para llamadas de emergencia, centros de atención en las procuradurías generales de justicia, una fiscalía especial para delitos de violencia y un modelo de equidad de género para certificar que empresas privadas e instituciones públicas ofrezcan igualdad de oportunidades a las mujeres.
Lo más importante de todo, sin embargo, es la prevención. Y en ese sentido destacó que se han empezado a dar cursos en las escuelas primarias sobre la igualdad de hombres y mujeres y la necesidad de combatir el hostigamiento y las agresiones físicas hacia las mujeres.
Por lo que toca a las mexicanas que emigran a Estados Unidos, Álvarez reconoció que se enfrentan a una triple vulnerabilidad por el hecho de ser mujeres, migrantes e indocumentadas.
Para atender esta realidad, la funcionaria –que también fue diputada federal y senadora del PAN- manifestó que se ha reforzado la colaboración entre los consulados de México en EEUU con las autoridades locales para facilitar el acceso de las mujeres víctimas de violencia al sistema judicial estadounidense.
Aunque todavía falta un largo trecho por recorrer, Álvarez subrayó que se ha avanzado mucho en los últimos 40 años gracias a los movimientos de las mujeres a favor de la igualdad de sus derechos, lo cual es cierto.
La realidad, sin embargo, nos muestra que no debemos bajar la guardia pues el flagelo de la violencia contra la mujer está profundamente arraigado en nuestra cultura y por ello abundan las mujeres, que aun en países como Estados Unidos, se consideran inferiores a los hombres y permiten que éstos las maltraten. Es tarea de todos, y especialmente de los padres, contribuir a erradicar desde la infancia estas ideas anquilosadas que tanto daño causan a la sociedad.
***María Luisa Arredondo es fundadora y CEO de Latinocalifornia.com