
Por María Luisa Arredondo**
Aurora Torres llegó de El Salvador a Los Ángeles hace 21 años y, desde ese entonces, siempre se ha transportado en autobús o en tren. “Nunca he tenido carro, ni siquiera sé manejar”, dijo mientras hacía sus compras en una tienda de artículos electrodomésticos en el centro de la ciudad.
Jorge Presa, también originario de El Salvador y residente del Este de Los Ángeles desde hace 11 años, dice que tampoco tiene automóvil. “A mí me gustaría manejar pero la verdad no me he podido comprar un coche porque están muy caros y la gasolina ya ni se diga. Con lo que gano como empleado de una fábrica no me alcanza”, afirma.
Tanto Torres como Presa se cuentan entre los millones de inmigrantes que han contribuido al aumento en el uso de trenes y autobuses en Estados Unidos. Un reciente estudio de Evelyn Blumenberg, profesora de Planificación Urbana en UCLA y Alexandra Norton, funcionaria de la alcaldía de Nueva Orleans, indica que los inmigrantes son los principales usuarios del transporte público porque lo utilizan el doble que los nacidos en el país.
En California, por ejemplo, los inmigrantes representan sólo el 27% de la población, pero constituyen el 51% de los usuarios de trenes y autobuses.
Según Blumenberg, los inmigrantes utilizan más los trenes y autobuses por varias razones. Una de ellas es que tienden a tener menos ingresos y a vivir en áreas densamente pobladas donde el transporte público es más accesible.
Otra razón es que en varios estados, como California, no pueden obtener una licencia de manejo si son indocumentados. Pese a ello se estima que en el estado hay unos dos millones de conductores sin papeles que se arriesgan a tener problemas con la ley.
Jair Montiel, nacido en México y residente del sur de California desde hace 11 años, confiesa que perdió su vehículo por manejar sin licencia. “Por eso ahora mejor tomo el autobús”, dijo mientras esperaba que éste llegara en el área de Pico Union.
USO DEL AUTOMÓVIL
Blumenberg aclara que el hecho de que los inmigrantes usen más el transporte público que los nacidos aquí no significa que la mayoría de los originarios de otros países carezcan de auto. “Entre 2006 y 2008, casi el 90% de los inmigrantes usaba su propio vehículo y solamente el 8% el transporte público”, precisa.
La experta agrega que, con el paso del tiempo, los inmigrantes tienden a dejar el transporte público y a comprar su propio auto porque empiezan a ganar más y se mudan a los suburbios.. “Luego de 20 años de vivir en Estados Unidos, la tasa de uso de transporte público entre ellos es casi la misma que la de los nacidos aquí”, dice.
En su estudio, Blumenberg subraya que en California la inmigración ha sido el principal factor de crecimiento del transporte público en los últimos 30 años y que, sin ella, éste hubiera declinado. Entre 1980 y 2008, el número de pasajeros en el estado aumentó en 200 mil, un incremento del 40% gracias a los nuevos inmigrantes.
A nivel nacional, la Asociación Americana de Transporte (APTA) indica que en 2008 el número de pasajeros de trenes y autobuses llegó a 10,500 millones de viajes, la cifra más alta desde 1957, cuando se alcanzó la cifra record de 10,400 millones de viajes.
Según Blumenberg, en 1980 los inmigrantes representaban el 30% de los usuarios del transporte, mientras que entre 2006 y 2008 esa cifra creció al 51%. De esta cifra, los latinos constituyen el 65%, los asiáticos el 25%, los blancos el 7% y los afroamericanos el 2%. En Los Ángeles, los inmigrantes representan menos de la mitad de la fuerza laboral, pero son el 67% de los usuarios del transporte público.
DESCENSO EN LA INMIGRACIÓN
Sin embargo, Blumenberg advierte que esta tendencia difícilmente se mantendrá debido al significativo descenso en la inmigración a causa de la recesión económica y el endurecimiento de las leyes contra los indocumentados. En California, de 2002 a 2009 la inmigración legal disminuyó 21% y el número de indocumentados en el país bajó de 12 a 11 millones en los últimos dos años, según el Pew Hispanic Center.
Aunque resulta difícil pronosticar el futuro, Blumenberg considera que, si el flujo migratorio sigue a la baja, el uso del transporte público también declinará.
Arthur Guzzetti, vicepresidente de Política de APTA, opina que esta tendencia a la baja podría revertirse gracias a los jóvenes.
“Ahora no solamente los inmigrantes son los que usan más el transporte público sino también los jóvenes, especialmente los universitarios porque tienen más conciencia del medio ambiente y además les gusta ir texteando, estudiando y comunicándose con sus amigos mientras viajan. Lo sé porque soy padre de cuatro jóvenes”, asegura.
Guzzetti considera que para fomentar el uso del transporte público se le deben dar a las personas opciones para que no usen su auto. “Los Ángeles está haciendo un gran esfuerzo en ese sentido. Hay muchos proyectos importantes para que todos, no sólo los inmigrantes, utilicen los trenes y autobuses y eso es admirable”, dijo.
Blumenberg coincide en que las agencias de transporte público deben hacer más esfuerzos tanto para retener a los pasajeros que ya tienen, como para atraer a nuevos. Una estrategia es, por ejemplo, ofrecerles información a los inmigrantes en su primer idioma, organizar grupos de enfoque para saber cuáles son sus necesidades, mejorar el servicio y ofrecer más alternativas de transporte, desde el uso de bicicletas hasta de vehículos de viajes compartidos.
“Los inmigrantes”, subraya la experta, “son en muchos lugares el segmento más importante del transporte público. Pero para retenerlos, las agencias deben entender sus necesidades específicas. En estados como California, el no hacer eso tendrá graves consecuencias para el futuro del transporte”, concluye.
**Esta nota fue publicada originalmente en el blog especializado de transporte El Pasajero de Metro. Para más información sobre noticias relacionadas con este tema visite: http://elpasajero.metro.net