Amenazas, ignorancia y americanismo

Por Agustín Durán

Hace unas semanas John & Ken, locutores vespertinos de la estación conservadora KFI, 640 AM, exhortaron a su audiencia a hablarle al teléfono personal de Jorge Mario Cabrera, director de comunicación de Chirla (Coalition for Human Immigrant Rights of Los Angeles), para que le agradecieran (en forma irónica) el hecho que la medida AB-131 había llegado al escritorio del gobernador de California, acusando a Jorge de traidor a la patria por, supuestamente, “robar dinero de los contribuyentes para ayudar a los estudiantes del Acta del Sueno a ir a la universidad.”

La moción AB-131, también llamada DREAM Act de California, instaura un mecanismo de ayuda financiera para estudiantes universitarios en California que son indocumentados.
El tratar a Jorge Mario Cabrera de traidor, acusarlo de robo a la patria por ayudar a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad estadounidense y el dar su teléfono personal a su audiencia para que le reclamen, no me sorprendió por parte de los locutores ya que es común que en su espacio radial se ataque de la forma más vil a las personas que no comulgan con su ideología política.
Sin embargo, lo que me parece más preocupante fue la respuesta de la audiencia cuando empezó a llenar la caja de mensajes de Chirla y del celular de Cabrera, culpándolo del éxito de la medida.
Si AB-131 es firmada por el gobernador en las siguientes semanas, ayudará a los estudiantes del Acta del Sueño a ser elegibles para becas estatales, siempre y cuando ya no haya alumnos con documentos que las soliciten.
Según Cabrera, en su artículo “John & Ken misguided fury on immigration“, recibió decenas de llamadas y correos electrónicos que en su mayoría ofendían y en muchas veces amenazaban su integridad física.
“You goddamn traitor to our nation. What the f*** are you doing? Go back to Mexico and fix your s*** over there. If I ever see your ass I’m gonna kick it. How dare you come to this country? This is a f****hostile takeover. I hope somebody shoots your ass.” Llamada desde la localidad de Cypress.
“Tú hijo de la chin… traidor de nuestra nación. ¿Qué chin… estás haciendo? Regresa a México y arregla tu país. Si alguna vez llego a verte te voy a chin… ¿Cómo te atreves a venir a este país? Esto ya es una invasión. Espero alguien le dispare a tu trasero.” Llamada de Cypress.
Estos mensajes refleja el nivel de violencia a los que este grupo está dispuesto a llegar con tal de no ayudar a jóvenes que hablan inglés, han crecido y son parte del sistema estadounidense, y están dispuesto a todo con tal de lograr el éxito académico con lo que contribuirían mejor a la sociedad en general.
En otras palabras, estos jóvenes representan el americanismo tan profesado por los conservadores, pero constantemente los critican y acusan a esa misma comunidad (latina) de no querer asimilarse a la cultura estadounidense.
Estas llamadas también prueban que este grupo conservador no le importa el nivel educativo, de asimilación o la disposición de un inmigrante a enrolarse en las Fuerzas Armadas para ayudar a esta nación. Si es Latino, no será bienvenido.
Debemos recordar que la palabra estadounidense no sólo se define con haber nacido en este país.
Ser estadounidense va mucho más allá de hablar inglés y ser hijo de padres o abuelos que llegaron como inmigrantes.
Ser estadounidense es más que tener los ojos verdes o cabello rubio y tez más blanca.
Ser estadounidense es siempre luchar por ser el número uno, es un aprendizaje constante que solo termina con el último suspiro y lejos de pisar a los que menos tienen, se les ayuda para que éstos hagan lo mismo con las generaciones por venir.
Desafortunadamente estas personas que hablaron para amenazar a Cabrera, incluyendo algunos con apellidos latinos, no se tomaron el tiempo para leer lo que significa la medida AB-131.
Su coraje combinado con su falta de información invadió sus mentes y como un monstruo de mil cabezas que no piensa, simplemente obedecieron al llamado de sus líderes, dos locutores que si bien en algunos aspectos fiscales tienen razón, en un gran número de temas sociales simplemente siguen una agenda que daña a grupos que no comulgan con sus ideas.
Considerando los parámetros establecidos, no podemos llamar verdaderos estadounidenses a las personas que lejos de querer ayudar a esta gran nación a ser más grande, buscan detener el crecimiento de otro grupo y no por falta de méritos, sino por un rechazo que no puede ser directo y abierto, pero si se esconde atrás de una ideología conservadora.
Por el contrario, sí podemos llamar estadounidenses a los estudiantes que luchan para beneficiarse por el Acta del Sueño, quienes han superado desde muy pequeños los obstáculos para llegar a la universidad. Tienen la determinación de los verdaderos americanos, que ha llevado a este país a ser la primera potencia. Eso es el verdadero patriotismo, y no las quejas y fracasos de las personas que derraman su frustración a través de un teléfono para evitar que otras personas salgan adelante.
** Agustín Durán es reportero del sitio LatinoCalifornia.com, una publicación noticiosa independiente dirigida a la comunidad latina en Los Angeles.

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