RIPOLI- La esposa de Muammar Gaddafi y otros miembros de su familia se refugiaron el lunes en Argelia, aunque el paradero del líder continuaba siendo un misterio una semana después de que los rebeldes lo derrocaran, reportó la agencia Reuters. A continuación la nota:
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Argelia dijo que la esposa de Gaddafi, Safia, su hija Aisha y sus hijos Hannibal y Mohammed ingresaron al país el lunes por la mañana.
Un portavoz del Consejo Nacional de Transición (CNT) acusó a Argelia, vecino occidental de Libia, de un acto de agresión y dijo que el consejo buscará la extradición de Gaddafi.
Un importante funcionario rebelde también dijo que Khamis, hijo de Gaddafi y temido comandante militar, murió en un enfrentamiento en las afueras de Trípoli. El reporte no pudo ser verificado de forma independiente.
En tanto, las fuerzas rebeldes se congregaron el lunes en las cercanías de Sirte, la localidad natal de Muammar Gaddafi, esperando sellar su revolución con la captura de uno de los últimos bastiones del líder ya sea por fuerza o negociación.
El paradero de Gaddafi ha sido un misterio desde que Trípoli cayó ante sus enemigos y su régimen colapsó la semana pasada tras 42 años en el poder.
Estados Unidos dijo el lunes que no tenía indicios de que Gaddafi haya dejado el país. “Si supiéramos dónde está, se lo diríamos a las fuerzas de oposición”, afirmó un portavoz de la Casa Blanca.
La medida de Argelia de aceptar a la esposa y los hijos de Gaddafi enfureció a los líderes rebeldes, que quieren que el ex gobernante y su entorno respondan por los años de represión, ya que temen que pueda orquestar una nueva insurgencia a menos que sea capturado.
“Prometimos un juicio justo para todos esos criminales y por lo tanto consideramos esto como un acto de agresión”, dijo el portavoz Mahmoud Shamman a Reuters. “Advertimos a todos de no refugiar a Gaddafi y sus hijos. Los estamos buscando para arrestarlos”, añadió.
Los bastiones de Gaddafi en Sirte y algunas localidades al sur, en las profundidades del desierto, siguen siendo un desafío para los nuevos gobernantes de Libia.
Mustafa Abdel Jalil, presidente del CNT, pidió a la OTAN que mantenga su campaña de ataques aéreos, iniciada hace cinco meses y que brindó un respaldo esencial para los mal equipados rebeldes que se levantaron en febrero contra Gaddafi.
“Solicito la constante protección de la OTAN y sus aliados contra este tirano”, afirmó Mustafa Abdel Jalil en Qatar, un pequeño estado del Golfo Pérsico que respaldó la revuelta. “El todavía es una amenaza, no sólo para los libios sino para todo el mundo”, señaló.
CIUDAD ESTRATEGICA
Tanto si Gaddafi protagoniza una última batalla en Sirte como si no, la ciudad es un objetivo estratégico y simbólico para los nuevos gobernantes de Libia, mientras estrechan su control sobre el vasto país del norte de Africa.
El CNT ofreció una amnistía y una recompensa de 1,3 millones de dólares para cualquiera que mate o capture a Gaddafi.
Sus fuerzas han avanzado hacia Sirte desde el este y el oeste, incluso mientras continúan las negociaciones para la rendición del derrocado gobernante.
En el este, combatientes rebeldes avanzaron siete kilómetros pasada la localidad de Bin Jawad y aseguraron el cruce de Nawfaliyah, dijo un portavoz rebelde.
Marwan Mustapha, un conductor de ambulancia en Nawfaliya, asegurada por los rebeldes, dijo: “Si Dios quiere, los rebeldes entrarán a la ciudad sin derramar sangre y las negociaciones habrán tenido éxito. Pero si tienen que entrar por la fuerza, habrá derramamiento de sangre”.
La muerte del hijo de Gaddafi, si se confirma, también dañaría sus posibilidades de una resistencia militar.
El coronel Al-Mahdi Al-Haragi, a cargo de la Brigada Trípoli del Ejército rebelde, dijo que tenía la confirmación de que Khamis fue gravemente herido en un enfrentamiento cerca de Ben Walid, al oeste de la capital.
Khamis fue llevado a un hospital pero murió debido a las heridas y fue enterrado en el área, dijo Al-Haragi.
Un funcionario estadounidense, quien habló bajo condición de anonimato, dijo a Reuters que Washington no podía confirmar la muerte de Khamis, pero destacó que se había recibido información similar de “fuentes confiables”.
En otras dos ocasiones durante el levantamiento se informó de la muerte de Khamis.
En tanto, los rebeldes están “casi seguros” de que el jefe de inteligencia de Gaddafi, Abdullah al-Senussi, murió el sábado junto a Khamis, sostuvo el portavoz militar insurgente Ahmed Bani a la cadena Al Arabiya.
Anteriormente el lunes, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, dijo a Reuters que podría emitir un pedido de arresto para Khamis.
Human Rights Watch informó que la Brigada Khamis, una fuerza bajo su comando, habría llevado adelante ejecuciones sumarias a detenidos, cuyos cuerpos fueron encontrados en un depósito en Trípoli.
La CPI ya había aprobado pedidos de arresto para Gaddafi, su hijo Saif al-Islam, y el jefe de inteligencia Abdullah al-Senussi por crímenes contra la humanidad.
Preocupados por preservar su imagen ante el mundo y heridos por las noticias sobre el hallazgo de leales a Gaddafi muertos con las manos atadas a la espalda, los líderes del CNT enviaron un mensaje instando a no maltratar a los prisioneros.
En Trípoli se oían disparos ocasionales pero las agencias humanitarias dijeron que registraron una recuperación de los servicios médicos y de otra índole.
Los habitantes de la capital, afectados por escasez de comida, combustible y agua, se aventuraron a salir para comprar antes de la fiesta del Eid al Firt, que pone fin al Ramadán, el mes del ayuno musulmán.
“Gracias a Dios este Eid tiene un sabor especial. Este Eid tenemos libertad”, dijo Adel Kashad, de 47 años, un experto en informática en una firma petrolera que estaba en un mercado de verduras. “Libia tiene un nuevo amanecer”, sostuvo.
(Reportes de Samia Nakhoul y Mohammed Abbas en Trípoli, Maria Golovnina en Abu Grein, Alex Dziadosz en Nawfaliya, Robert Birsel y Emma Farge en Bengasi y Regan Doherty en Doha; Escrito por Angus MacSwan; Editado en español por Marion Giraldo/Patricia Avila)