Redacción
El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, aseguró durante una conferencia telefónica junto a líderes pro inmigrantes que su plan migratorio presentedo esta misma semana está diseñado para “desarrollar una respuesta sostenible y estructural a la migración en la región, a fin de reducir la presión en la frontera sur de Estados Unidos sin sacrificar las obligaciones nacionales e internacionales de nuestra nación de proteger a los solicitantes de asilo”.
En la misma llamada, Vanessa Cárdenas, Directora Ejecutiva de America’s Voice, una de las organizaciones convocantes, dijo que con el fin del Título 42 en puerta, “estamos en un punto de inflexión sobre cómo enfrentar los desafíos en la frontera y la migración. Podemos continuar la crueldad de la administración Trump y concentrarnos en enfoques que no funcionan y son moralmente incorrectos, o podemos probar algo nuevo”.
Cárdenas agregó que, en ese sentido, en primer lugar es necesario reconocer que “la migración es buena para Estados Unidos”. En segundo, que es necesario poner atención en lo que el presidente Biden suele decir en sus discursos: “Que los estadounidenses pueden hacer lo que se propongan” y que el país puede manejar bien este momento y lograr la modernización de “nuestro sistema, de tal manera que reúna a las familias y sirva a nuestros intereses económicos, demográficos y culturales”.
Asimismo, Sergio Gonzales, Director Ejecutivo de Immigration Hub, manifestó que “el pueblo estadounidense quiere abrumadoramente un enfoque más equilibrado en inmigración, que incluya soluciones para la fronetra, tanto sensatas como humanas, y que además establezca nuevas vías legales, así como oportunidades para las familias inmigrantes, incluyendo a Dreamers y beneficiarios de TPS que están en riesgo de deportación”.
Zachary Mueller, Director Político de America’s Voice, dijo en su turno que “el teatro político nativista podría ser conveniente para algunos de sus donantes y la base de MAGA que se acopla a los medios de comunicación de derecha, pero el nativismo de línea dura es una estrategia política pobre que acarrea el costo de dañar la economía estadounidense, la cual ya sufre de escasez de mano de obra”.
