Trump y su guerra contra el FBI

 

María Luisa Arredondo.
María Luisa Arredondo.

María Luisa Arredondo*

Mucho ruido y pocas nueces. La difusión del controvertido memo elaborado por varios republicanos para probar que el FBI actuó de manera partidista contra Trump en la investigación sobre Rusia resultó un fiasco, pero sirvió para confirmar que el presidente está aterrado por los avances de la indagatoria y quiere detenerla al costo que sea.

Aunque según Trump el memo demuestra que el FBI incurrió en abusos inaceptables, expertos y miembros tanto del Partido Demócrata como del Republicano coinciden en que el documento no prueba que la agencia haya incurrido en acción ilegal alguna.

La pregunta que todo mundo se hace es cuál de los dos Trump gobernará Estados Unidos, si el que todo mundo vio durante su campaña o el conciliador que se escuchó tras su victoria. Foto: Tomada de internet.
Foto: Tomada de internet.

Lo único que ha quedado claro es que Trump y su equipo quieren descarrilar la investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller mediante la desacreditación del FBI. Con esta estrategia, se especuló que posiblemente el presidente buscaría despedir al fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, quien supervisa la investigación sobre Rusia, para después nombrar a otro fiscal que despidiera a Mueller.

Sin embargo, al menos por ahora todo indica que Trump no incurrirá en el craso error de remover a Rosenstein o a Mueller. Una medida de esa naturaleza hundiría irremediablemente al mandatario y desencadenaría una crisis constitucional sin precedentes.

La estrategia de Trump parece ser otra: minar la integridad y confiabilidad del FBI para convencer al país de que la indagatoria sobre Rusia es solamente una cacería de brujas en su contra. El memo de los republicanos está plagado de errores, pero ha sembrado la semilla de la duda, especialmente entre los conservadores.

Una reciente encuesta de la firma Survey Monkey indica que el 47% de los republicanos tiene una visión negativa del FBI.

Estas cifras han provocado una baja en la moral de los miembros de esa agencia. Muchos de ellos se quejan de que ahora les será más difícil llevar a cabo su tarea que depende, en gran medida, de ganarse la confianza de la gente.

El asunto, por otro lado, ha profundizado las divisiones en Washington. Los demócratas quieren dar a conocer su versión sobre el memo de los republicanos para aclarar las inexactitudes de éste. Pero el documento deberá ser aprobado por Trump y existe el fundado temor de que, antes de autorizar su difusión, el mandatario le haga cambios a su conveniencia.

Por ahora, parece que Trump se ha salido con la suya. Pero tal vez no por mucho tiempo. Sus abogados están muy preocupados, y con toda razón, de que Mueller interrogue al presidente porque temen que cometa el error de mentir bajo juramento lo cual representaría el fin de su caótica gestión. La pregunta es si podrán evitar que ello ocurra.

*María Luisa Arredondo es fundadora y directora de Latinocalifornia.com

 

 

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