De León: reto mayúsculo

María Luisa Arredondo.
María Luisa Arredondo.

María Luisa Arredondo*

Conocí a Kevin de León en 1994. Eran tiempos difíciles, de gran incertidumbre para los inmigrantes, por la ardua batalla que se libraba en torno a la Proposición 187 que pretendía negar todos los servicios públicos a los indocumentados en California.

En ese entonces, De León era un joven activista dedicado a organizar protestas contra esa medida y yo era reportera de La Opinión. En la comunidad latina había pánico porque la 187 contaba con el apoyo decidido de los republicanos y, en especial, del gobernador Pete Wilson. Pese a los riesgos, los activistas convencieron a miles de indocumentados de salir a las calles para luchar por su derecho a quedarse en este país en lo que fueron las primeras manifestaciones multitudinarias a favor de la reforma migratoria en Los Ángeles.

Uno de los activistas más aguerridos era Kevin. Recuerdo vivamente la pasión con la que atacaba a los políticos oportunistas que, como Wilson, convirtieron a los indocumentados en chivos expiatorios. Pese a su juventud, me impresionaban su madurez y su discurso político, dictado no sólo desde el intelecto sino también desde el corazón. Era claro que Kevin entendía perfectamente la situación porque había sufrido muchas penurias como hijo de una madre soltera inmigrante.

Kevin de León.
Kevin de León.

Después de la 187, que aunque fue aprobada en las urnas nunca se implementó porque fue declarada inconstitucional, Kevin inició lo que ha sido una exitosa carrera política que lo llevado a ser el líder interino del Senado de California. Su meteórico ascenso político no me sorprende, como tampoco el hecho de que ahora haya decidido retar a la senadora federal Dianne Feinstein.

Se trata, desde luego, de un desafío mayúsculo. Feinstein es una de las políticas más conocidas y respetadas del país. Cuenta con amplio respaldo tanto en California como en Washington, así como con una fortuna considerable de la que puede echar mano para su campaña política. A lo largo de sus 25 años en el Senado se ha distinguido por su capacidad negociadora y por defender causas como la prohibición de vender armas de asalto, la reforma migratoria y de salud.

Pero los tiempos actuales demandan posturas más agresivas. Vivimos, como en 1994, un año extraordinariamente difícil porque desde la Casa Blanca se ataca sin piedad a los inmigrantes, a las minorías, a la libertad de prensa, a la cultura, al libre comercio y al medio ambiente. Feinstein, por desgracia, ha manifestado que hay que tener paciencia con Trump, cuando el agua ya nos ha llegado hasta el cuello.

Lo que requerimos ahora son líderes progresistas que combatan con energía las políticas retrógradas del jefe de la Casa Blanca. Con sus declaraciones sobre Trump, Feinstein ha dado muestras de estar desconectada de la realidad. De León, en cambio, ha indicado que está listo para dar la pelea porque sabe lo mucho que está en juego. La batalla que se avecina entre ambos será, sin duda, interesante y benéfica para la comunidad.

*Fundadora y directora general de Latinocalifornia.com

 

 

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