
**Por María Luisa Arredondo
Durante la pasada campaña presidencial, Donald Trump repitió hasta el cansancio que el proceso estaba amañado y los dados cargados a favor de Hillary Clinton. Hoy que se ha convertido en el presidente electo nos enteramos que, efectivamente, la elección no fue tan limpia porque hay indicios de que Rusia interfirió para ayudarlo a ganar la Casa Blanca.
Las pruebas que tiene la CIA de que Putin envió piratas cibernéticos para infiltrarse en la campaña presidencial de Estados Unidos y ayudar a Trump no se basan en información nueva sino en una gran cantidad de evidencia circunstancial.
Una pieza clave de esta evidencia es que al parecer los piratas rusos se infiltraron en las computadoras de los comités nacionales de republicanos y demócratas, pero sólo difundieron los correos electrónicos de estos últimos. Esta acción dañó severamente a la campaña de Clinton porque reveló parte de los discursos que pronunció ante Wall Street y provocó la renuncia de la presidenta del Comité Nacional Republicano, Debbie Wasserman, al descubrirse que deseaba favorecer a la exsecretaria de Estado durante las primarias.
Los motivos de Putin para inclinarse por Trump y dañar a la exsecretaria de Estado son de sobra conocidos.
Desde el inicio de su campaña, Clinton dijo que, de llegar a la presidencia, redoblaría los esfuerzos para castigar a Moscú por los crímenes de guerra que ha cometido en Siria y por su agresión hacia Ucrania. A esta amenaza se agrega el hecho de que, desde 2003, Putin ha acusado a la exsecretaria de Estado de instigar protestas en contra de su régimen, tanto en Georgia como en Ucrania e incluso en Moscú.
Por esta razón, desde que se inició la campaña electoral, Putin empezó a elogiar a Trump, tal vez con la esperanza de manipularlo y éste le correspondió con múltiples muestras de admiración . En julio, el hoy presidente electo incluso se atrevió a decir que esperaba que Rusia pirateara y divulgara más correos de Clinton.
Las sospechas de que Trump tiene lazos cuestionables con Rusia se han fortalecido ahora con el nombramiento de Rex Tillerson como secretario de Estado. Tillerson, quien era director ejecutivo de Exxon Mobil, mantiene una excelente relación con Putin y ha criticado las sanciones de Estados Unidos contra Rusia.
Como era de esperarse, Trump ha respondido que los reportes de la CIA sobre Rusia son “ridículos”, pero un grupo de legisladores de ambos partidos considera que el caso amerita una investigación. Obama ha pedido ya una revisión total sobre la posible injerencia de Rusia antes de que Trump asuma el poder, el 20 de enero.
Difícilmente la investigación alterará el resultado de la elección, pero lo que sí se espera es que al menos evite que esta situación se repita. Si Trump, por otra parte, se niega a aceptar la indagatoria, es claro que para millones de estadounidenses su presidencia quedará opacada para siempre.
**María Luisa Arredondo es la fundadora y directora ejecutiva de Latinocalifornia.com