La Caravana por la Paz concluye gira en Washington

Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Foto: EFE

Washington, D.C. (EFE).- La Caravana por la Paz llegó a Washington, la última parada de una gira por todo EE.UU. en la que los familiares de víctimas de la violencia en ambos lados de la frontera han marcado “un principio y un fin” en su denuncia de las actuales políticas de lucha contra el narcotráfico.

Tras recorrer más de 10,000 kilómetros y visitar 26 ciudades, los 110 miembros de la caravana encabezada por el poeta mexicano Javier Sicilia llegaron a la capital estadounidense procedentes de Baltimore (Maryland), para cerrar un largo viaje que comenzó el pasado 11 de agosto en Tijuana (México).

“Este es un fin y un principio”, dijo Sicilia en un acto organizado por el sindicato AFL-CIO, que dio la bienvenida a la caravana en Washington.

“Venimos desde lejos para poner en el centro de este país el horror de esta guerra inútil y perdida. Hemos puesto al ser humano en el centro de la vida”, aseguró Sicilia, que en marzo de 2011 perdió a su hijo Juan Francisco a manos de miembros del crimen organizado.

Frente a la política “absurda” de la guerra contra las drogas que se articula en el Plan Mérida, la Caravana por la Paz propone un enfoque basado en la legalización de la droga, el control de armas y la persecución del lavado de dinero.

“La droga no es un asunto de seguridad nacional”, sino de salud pública”, dijo Sicilia, que recordó que la violencia generada por el tráfico ilegal de narcóticos “ha matado más gente inocente que la que podría haber matado la droga durante décadas y centurias”.

Una de las activistas que le acompañan es Teresa Vera Alvarado, cuya hermana Minerva desapareció en 2006 en el estado de Oaxaca y que, tras años de búsqueda infructuosa, se unió a la caravana “para ayudar a las demás personas que están sufriendo una desaparición”.

“Venimos a sensibilizar a las autoridades de ambos países para que hagan su trabajo, porque muchas veces se burlan de nosotros, dicen que investigan y no cumplen”, señaló Vera, quien lamenta que en México haya “tanta corrupción e impunidad”.

Ese activismo se manifestó en forma de marcha desde la Casa Blanca hasta la Freedom Plaza de Washington, y seguirá este martes en forma de reuniones en 27 oficinas del Congreso y con el embajador mexicano, Arturo Sarukhán.

También tienen previsto verse con la subsecretaria de Estado para Democracia, María Otero, y la directora adjunta para asuntos hispanos de la Casa Blanca, Julie Chávez, aunque ni la residencia presidencial ni el Departamento de Estado las han confirmado.

En su largo periplo por Estados Unidos, el mensaje de la Caravana por la Paz se ha mezclado con otro de carácter migratorio, ya que la guerra contra las drogas está provocando que “se empiece a criminalizar a los migrantes”, explicó Sicilia.

Conscientes de que el problema migratorio “está detrás del de la guerra contra las drogas”, los miembros de la caravana se reunieron en Tucson (Arizona) con el alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio, acusado de detener de forma ilegal a latinos basándose en estereotipos.

“Fue un encuentro ríspido, porque es un hombre lleno de miedo, un hombre que entiende la migración como una peste y ve a los migrantes como seres inferiores”, señaló el poeta.

La postura de la Caravana recibió el respaldo de AFL-CIO, el mayor sindicato de EE.UU., cuya tesorera, Liz Schuler, lamentó que los gobiernos de Estados Unidos y México “sigan creyendo que la mejor forma de traer seguridad a nuestros países es verter dinero en una guerra contra las drogas que ha matado a tanta gente”.

“Con más de 60,000 personas muertas en la violencia contra las drogas en México en los últimos años, 10,000 personas desaparecidas y más de 160,000 desplazados, es hora de que digamos ‘¡Basta!'”, dijo Schuler en el acto de bienvenida a la caravana.

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