
Programa de seguridad en los alrededores de las escuelas avanza con éxito
Agustín Durán
Son mujeres, son madres de familia y son residentes de Bell que están dispuestas a todo con tal de conseguir seguridad para sus hijos al salir de la escuela.
Las mujeres, todas inmigrantes, no esperaron a que las agencias del orden respondieran a un llamado de emergencia, más bien sacaron a la policía de su cuartel para que, juntos, patrullen los alrededores de las escuelas y así asegurarse de que sus hijos lleguen a casa sanos y salvos.
Para ver más fotos de los Padres on Patrol en acción, oprima éste enlace…
Cansadas de las peleas, de pandillas, de la proliferación de drogas y del acoso en las escuelas (bullying), María Alberta Roacho y Alma Rico empezaron a tocar puertas para ver qué podían hacer por sus hijos y por el resto de los alumnos que, al salir de clase, se enfrentaban con dichas situaciones que ponían su seguridad en riesgo.

La señora Rico había vivido en carne propia esta situación, luego de ver a su hijo llegar golpeado a casa, con una mano quebrada, el ojo reventado y golpes en la cabeza, por lo que tuvo que llevarlo al hospital. Pero cuando buscó ayuda en la comunidad, no encontró eco en las autoridades escolares.
“Muchos maestros prefieren no meterse en los problemas entre los estudiantes y cuando se le hablaba a la policía para denunciar un incidente, entre el Sheriff y la policía de Bell o de Huntington Park se echaban la pelotita y al final nadie llegaba”, expresó Rico.
Mientras la madre seguía buscando qué hacer para ayudar no solo a su hijo sino al resto de los estudiantes para que no fueran víctimas de la violencia en las escuelas, Roacho, voluntaria escolar durante varios años, también buscaba la forma de contrarrestar el abuso y el riesgo que corrían los estudiantes dentro y fuera de las escuelas.
Fue entonces cuando habló con Rico y juntas llegaron al Departamento de Policía de Bell (BPD) a pedir ayuda, un consejo o algo que pudieran hacer para proteger más a los estudiantes. Fue entonces cuando el capitán Anthony Miranda las escuchó y, luego de varias reuniones, decidieron formar el grupo Padres on Patrol (POP) de la ciudad de Bell.
A partir de mayo de 2011 varios padres de familia, en su mayoría mujeres, iniciaron un entrenamiento con la policía para tener una comunicación inmediata con las autoridades y así reportar posibles problemas, cuestiones ilegales, peleas o abusos hacia algún alumno en los alrededores de las escuelas.
“Lo que hicimos fue dar un entrenamiento a los padres para que ellos se convirtieran en ojos y oídos adicionales de la policía”, expresó el capitán Miranda. “Se realizó un entrenamiento de 24 horas en el que los padres aprendieron una forma más efectiva para describir a las personas, detectar sospechosos, claves especiales para comunicarse con las autoridades y otros aspectos que les hiciera más fácil reportar un incidente en el momento que estuviera pasando”.
A un año de haber iniciado el primer grupo que entrenó el capitán, actualmente Padres on Patrol ya suma 50 miembros, de los cuales 25 son más activos, y dos o tres veces a la semana se reúnen alrededor de 12 padres para patrullar las escuelas y evitar más violencia, no solo entre los estudiantes, sino en la comunidad en general.
“Como madre, este trabajo voluntario me hace sentir muy satisfecha porque sé que estamos ayudando a muchos niños que de otra forma iban a ser víctimas de otros niños más violentos”, expresó Rico. “Posiblemente no vamos a poder desterrar el problema de lleno, pero con uno o varios abusos y peleas que evitemos, es más que suficiente”.
Steven Belcher, jefe interino de la policía y que ya lleva más de cuatro décadas de experiencia en diferentes departamentos de policía, dijo estar asombrado por la determinación y participación de los padres, particularmente de las mujeres, que han decidido tomar el liderazgo y ayudarlos a patrullar mejor las calles.
“Lo que sí es una realidad es que los incidentes en los alrededores de las escuelas han disminuido”, explicó Belcher. “En mis 40 años de experiencia nunca había visto algo así. Este tipo de programas generalmente surge de la policía escolar o el distrito, pero nunca había visto que fuera iniciado por un grupo de madres de familia”.
Uno de los objetivos de POP es que todas las escuelas de Bell, Maywood, Cudahy y otras comunidades en sus alrededores tengan su propio grupo de padres de familia que ayude a disminuir el abuso y el riesgo que corren los estudiantes de ser golpeados o forzados a meterse a las pandillas.
Ali Saleh, alcalde de la ciudad, aplaudió el esfuerzo de los padres voluntarios y ahora que tienen nuevo administrador, indicó que sería bueno buscar algunos fondos o recursos para apoyar al grupo u otro grupo que se involucre en beneficio de la comunidad.
Al cumplir un ano de su inauguración, POP entregó algunos reconocimientos a la policía y a los hombres de negocios que han apoyado el esfuerzo; al mismo tiempo, la policía entrego reconocimientos a los padres, mientras que los concejales no entregaron nada a los voluntarios.
Saleh, indicó que durante el aniversario, él estuvo fuera de la ciudad y no supo de la celebración hasta después, sin embargo dijo que el ayuntamiento debió reconocer el esfuerzo de los participantes para estimular de esa forma el gran trabajo que hacen los miembros de POP.
Los padres que quieran participar serán entrenados por el departamento de policía de Bell y pueden hablar al (626) 327-1082 donde el capitán Anthony Miranda les dará información, o comuníquese al (323) 401-0610 y preguntar por la señora María Alberta Roacho. Así mismo, los hombres de negocios que quieran seguir apoyando al grupo que están en gran necesidad de más walkie talkies se puede comunicar a los mismos números.
En su mayoría, son mujeres los miembros de POP, sin embargo, hay algunos hombres que han empezado a apoyar la causa.
Patrullando
Son casi las 2 p.m. de un martes. Poco a poco los integrantes de Padres on Patrol (POP) van llegando al Departamento de Policía de Bell, donde se desplazan con total familiaridad. Saludan a los policías que van encontrando en los pasillos hasta llegar a un cuarto donde los walkie talkies y chalecos están listos en la mesa. Se ponen su camisa que tiene las iniciales de POP en la espalda y luego de organizarse esperan al capitán Miranda.

Unos practican con sus claves: “10-4, 10-4, aquí probando”. Otros van viendo cuántos miembros llegarán para ver qué escuelas irán a visitar.
Luego de ver los horarios, las escuelas donde han encontrado más problemas y la frecuencia en las que han patrullado algunas instituciones, deciden patrullar la intermedia Orchard Academies, donde según las autoridades a esa edad es cuando los niños son más vulnerables y muchos inician algunos problemas que más tarde llevan a la preparatoria.
Son ocho personas las que se logran reunir del grupo POP–seis mujeres y dos hombres–, mismas que son llevadas por el capitán Miranda en una camioneta hasta la escuela. Una vez ahí van bajando en parejas, para luego establecerse en puntos estratégicos desde donde puedan ver el mayor flujo de jóvenes que van saliendo de la primaria.
“Hay algunos jóvenes que me han dicho que mejor me vaya a ver las novelas a mi casa”, expresó Diana Velazco, madre de familia que ha participado desde el inicio con el grupo. Ella también habla con los jóvenes, los aconseja, y les recomienda opciones para el verano como el programa de Explorer de la policía.
Mientras tanto, Alberta con su walkie talkie en mano observa a los alumnos. Muchos ya la conocen y la saludan, parece darles gusto verla.
“Hay muchos jóvenes que nos han dicho que les da mucho gusto nuestra presencia porque se sienten más seguros”, explica.
El grupo POP no solo busca personas sospechosas, que no son de la escuela, problemas con drogas, peleas o cualquier tipo de violencia, sino al mismo tiempo se aseguran de que los estudiantes pasen las avenidas con seguridad, de tal modo que muchos conductores, al verlos, inmediatamente se detienen.
Mientras tanto, el capitán Miranda está en otro lado de la escuela o en otra escuela con un grupo diferente, siempre listo con su walkie talkie por si alguien lo necesitara. Generalmente su arribo al lugar de los hechos en caso de necesitarlo es inmediato, ya que siempre patrulla en los alrededores.
Pero no solo son los alumnos los que se alegran de la presencia de POP, sino también los maestros, porque dicen que han detectado menos problemas desde que los padres de familia patrullan los alrededores de las escuelas.
“Esto no solo ayuda a mantener seguros los alrededores de la escuela, sino al mismo tiempo envía un mensaje a los alumnos y a los padres de familia de lo importante que es involucrarse en la comunidad para tener un mejor vecindario”, expresa Héctor Cervantes, el entrenador de futbol de Orchard Academies.
Poco antes de las 3 p.m. el capitán recoge a todos los voluntarios y los lleva a la escuela preparatoria de Bell donde muchos grupos de jóvenes, al verlos llegar, parecen irse a otro lado y otros se cuadran, aunque también hay a los que parece no importarles.
“No me gusta que vengan diario. Que vengan de vez en cuando está bien, pero no tan seguido”, expresó uno de los alumnos de la escuela que prefirió no dar su nombre. “Solo estamos hablando y siempre sientes que te están mirando”.
Antes de las 4 p.m., el capitán ya ha recogido a los miembros del grupo, quienes platican y comparten sus experiencias. El día pasa sin pena, pero sí con mucha gloria, ya que un día sin incidentes en los alrededores de la escuela es uno más en que se cumple el objetivo de POP.