Aparece muerto Rodney King en el fondo de una piscina

Rodney King tenía 47 años.

Rodney King, el conductor afroamericano que en 1991 cobró notoriedad internacional tras ser golpeado de manera  brutal por la policía de Los Ángeles, fue encontrado muerto hoy por la mañana en una piscina de Rialto, California.

Las autoridades informaron que la prometida de King, Cynthia Kelly, llamó a las 5:25 a.m. al 911. Cuando los paramédicos llegaron al lugar, King yacía inconsciente en el fondo de la alberca, intentaron revivirlo, pero fue declarado muerto en un hospital cercano.

Según el capital Randy De Anda, la policía investiga las causas de la muerte de King, quien tenía 47 años. Pero por ahora, no hay señales de que haya sido asesinado, pues su cuerpo no presentaba heridas.

En 1991, King tenía 25 años y estaba en libertad condicional por robo. En abril de ese año se dirigía a su casa en su automóvil después de haber bebido. La policía lo detectó y él trato de escapar sin éxito. Al ser detenido, cuatro agentes lo golpearon más de 50 veces con sus macanas y con un arma de electrochoque. El incidente no hubiese pasado a mayores salvo por un detalle: un hombre grabó en video la terrible golpiza.

El video de la golpiza apareció en televisión nacional dos días después. Cuatro agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles –Theodore Briseno, Laurence Powell, Timothy Wind y el sargento Stacey Koon- fueron acusados de asalto con arma mortal y uso excesivo de la fuerza.

Después de un juicio de tres meses en el suburbio predominantemente blanco de Simi Valley, tres de los agentes fueron exonerados. El jurado, integrado  sólo por miembros anglosajones, se estancó en un cargo de uso excesivo de la fuerza contra Powell, y el juicio fue declarado nulo por ese cargo.

Al conocerse el veredicto, la comunidad afroamericana explotó y se desató una ola de violencia en el sur centro de Los Ángeles con ataques a personas, daños a comercios y vehículos. Más de 50 personas murieron y los daños se estimaron en mil millones de dólares.

Durante los disturbios, el afroamericano declaró: “Sólo quiero decir: ¿nos podemos llevar bien?”, frase con la que pasó a la historia.

King demandó a la ciudad de Los Ángeles y recibió 3.8 millones de dólares en compensación por la golpiza que sufrió.

Casi un año después del primer juicio, los cuatro agentes fueron de nuevo a una corte federal por cargos de derechos civiles. Koon y Powell fueron hallados culpables y sentenciados a 30 meses en prisión. Briseno y Wind fueron absueltos.

 

 

 

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