Al son de Rubio

Maribel Hastings.

Maribel Hastings*
 
Por las motivaciones que sean, el senador republicano de Florida,
Marco Rubio, y su propuesta “light” del DREAM Act han puesto a correr
a más de uno, tanto republicanos como demócratas.

Por un lado, aunque el plan tenga la intención de ayudar al Partido
Republicano en año electoral entre los votantes hispanos a los que han
espantado con posturas antiinmigrantes, si Rubio presenta su proyecto
–aun sin la vía de ciudadanía más pronta-, el casi abanderado
republicano a la presidencia, Mitt Romney, tendrá que asumir alguna
postura, la que sea, esto tras prometer repetidamente que si el DREAM
Act tradicional fuera aprobado él lo vetaría (si fuera presidente,
claro está).
  
Es posible que Romney, en su viraje al centro a siete meses de las
elecciones, tenga una epifanía y decida, en otra evidencia de que
cambia de postura según sople el viento, apoyar el Sueño de Rubio,
sobre todo si al joven senador cubanoamericano se le cumple el suyo de
ser el compañero de fórmula de Romney.
  
¿Qué diría el “on and off” asesor informal de Romney en materia
migratoria, Kris Kobach, el cerebro tras las leyes antiinmigrantes SB
1070 de Arizona y HB 56 de Alabama, entre otras? ¿Qué dirían los
ultraconservadores que de entrada no confían en Romney y a quienes
trató de conquistar con esmero en el proceso primarista? Que le
pregunte al senador republicano de Arizona, John McCain, quien en
2008 perdió ante Barack Obama porque nunca pudo ganarse el favor de
los conservadores por haber sido autor de un proyecto bipartidista de
reforma migratoria y porque alejó al voto latino, pues en su afán de
ganarse a esos conservadores dijo que votaría en contra de su propio
plan.
  
Sea cual sea el caso, sería un momento decisivo para los republicanos
si le dan la espalda aun a la versión aguada del DREAM Act enviando un
mensaje a los votantes hispanos.
  
De otra parte, están los demócratas que quizá no esperaban que a siete
meses de las elecciones les saliera del “left field” un carismático
senador hispano en un estado clave para la elección general, Florida,
con intenciones de presentar un proyecto de ley sobre un tema apoyado
abrumadoramente por los hispanos, el DREAM Act.
  
Ciertamente es una versión “light”, pero en este mundo político donde
las percepciones a veces pesan más que las realidades, Rubio da la
impresión de que quiere buscar una solución y de que está dispuesto a
hacerlo de forma bipartidista y de que se está enfrentado a las voces
más divisivas de su partido en un asunto espinoso, incluso al mismo
Tea Party que apoyó su meteórica carrera política. La semana pasada
Rubio se reunió con tres legisladores demócratas: los congresistas
Luis Gutiérrez y Charlie González, de Illinois y Texas
respectivamente, y con el senador de Nueva Jersey, Bob Menéndez, para
discutir su plan y escuchar ideas.
  
Es cierto que en el último intento de aprobar el DREAM Act en el
Congreso los republicanos votaron en bloque en contra y que hasta los
pasados autores y coauspiciadores del proyecto original le dieron la
espalda.
  
Nuevamente, entramos en el mundo de las percepciones. Los republicanos
se la están jugando fría en su mensaje al electorado latino: decirle
que Barack Obama no les cumplió la promesa de reforma migratoria
aunque se trate de una reforma que ellos no apoyan, de un DREAM Act
que tampoco apoyan, y aunque el récord de deportaciones establecido
por Obama a los republicanos no les parezca suficiente. El cinismo no
podía ser mayor.
  
Pero como dice el refrán: a falta de pan, galletas. Y si desde
diciembre de 2010 no hubo más intentonas legislativas ni de reforma ni
de DREAM Act ni del amparo administrativo que como grupo los Soñadores
estaban pidiendo, con su potencial proyecto Rubio abre la posibilidad
de que el tema llegue otra vez al Congreso. Si progresaaá, está por
verse. No obstante, la percepción de movimiento está ahí y lo único
seguro es que Rubio ha puesto a más de uno a bailar al ritmo de su
son.
  
*Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice

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