Por Agustín Durán
Los Ángeles.- Más de cien personas, entre padres de familia, activistas y niños protestaron afuera de la primaria Miramonte por la decisión del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) de remover a todo el personal de la escuela de forma permanente.
Con pancartas que decían: “Quiero a mis maestros de regreso”, decenas de niños tomaron en un momento el liderazgo de la protesta y, emulando a los padres de familia, siguieron gritando: “Open the door” y “I want my teacher back”.

La protesta surge luego de dos días de que el plantel estuviera cerrado a consecuencia del arresto de dos maestros que supuestamente cometieron actos lascivos contra más de 20 estudiantes. No se si sabe si hay más personal de la escuela involucrado o más víctimas.
Sin embargo, la decisión del LAUSD de cambiar a todo el personal, desde el director de la escuela hasta las personas de intendencia, no fue recibida con mucho agrado por un gran sector de la comunidad, que desean se limpie la escuela, pero que no se traslade a los maestros que no son culpables.
“Yo sé que si les cambias los maestros a los niños, los únicos perjudicados serán nuestros hijos”, expresó la señora Amelia, quien tiene dos hijos en la escuela. “Todos estamos indignados y queremos que las autoridades limpien el plantel del personal que ha afectado a muchos niños, pero queremos que dejen a los buenos maestros”.

La señora Denise Escamilla indicó que el director Martín Sandoval es el que ha ayudado a mejorar la escuela en los últimos años. Incluso, subrayó que fue gracias a él que se descubrieron los abusos a muchos niños y ahora, en su opinión, no es justo que lo remuevan de la escuela.
Irene Michel, simpatizante de los padres de familia que decidieron no mandar a sus hijos a la escuela, indicó que la solución no es cambiar a los maestros sino poner cámaras en la institución.
“Maestros pueden ir y venir, y habrá buenos y malos, pero mientras no pongan cámaras en la escuela, la situación difícilmente va a cambiar”, expresó Michel. “Además, deben de cambiar de pólizas [sic] ya que ningún maestro debe de estar enseñando con las puertas cerradas”.

De acuerdo con varios padres de familia, hay muchos maestros comprometidos con la educación y es injusto que por los abusos de unos, todos sean castigados. Además, dijeron que la mayoría de los nuevos maestros son profesores sustitutos y sin experiencia, así que temen por la calidad de la educación.
Mientras, adentro del plantel, los nuevos maestros y los alumnos que sí ingresaron a las clases trataban de llevar un día normal. Afuera los manifestantes pedían una junta con las autoridades para que respondieran a sus preguntas del porqué el cambio de todo el personal.
Anteriormente, Warren Fletcher, actual presidente del sindicato del LAUSD, indicó que lo que hizo el distrito viola los contratos de los maestros y el gremio está considerando establecer acción para evitar que se violen los derechos de los profesores.
Leo Delgado, quien apoya a los padres de familia que piden el regreso de los maestros, ya había reunido 380 firmas para entregar con una petición a las autoridades escolares y enfatizarles que quieren a sus profesores de regreso, no a los involucrados en el caso de abuso, sino a los profesores que hasta ahora han demostrado ser buenos.
Mónica Carazo, vocera del LAUSD, indicó que actualmente el 68% de los estudiantes asistió a la escuela, lo que significa que 304 niños se quedaron en su hogar o estuvieron protestando con sus padres afuera del plantel.
Carazo agregó que el nuevo director y las autoridades escolares tuvieron tres juntas hoy para informar a los padres de familia del nuevo personal y contestar las dudas de los padres.
Con respecto a si la decisión del cambio de personal era definitiva, la portavoz del distrito indicó que hasta hoy no había cambio de decisión; mientras tanto, los padres dijeron que seguirán regresando hasta que sean escuchados y les retornen a los maestros de sus hijos.
La primaria Miramonte tiene un promedio de 1,500 niños, de los cuales el 99% de ellos habla español en sus hogares y viene de familias inmigrantes. La escuela está ubicada en el sur de Los Ángeles, una de las áreas más pobres, de acuerdo con información de población del Censo de Estados Unidos.