Redacción de Latinocalifornia.com

Pocas veces promover un nombre ha resultado tan caro, pero estar en el corazón de Hollywood es lo que cuesta. Mucho más si está ligado al premio más codiciado del cine en todo el mundo.
Cuando la compañía Eastman Kodak acordó que pagaría 72 millones de dólares para darle nombre durante 20 años al teatro que sería el más fotografiado de Los Ángeles, sus administradores no imaginaban que tendrían que romper el contrato a medio camino.
La empresa se declaró en bancarrota y un juez falló a favor de Kodak para que quede exenta de cumplir lo que resta del acuerdo con la compañía CIM, propietaria del recinto.
Lo que el juez no ha indicado es cuándo Kodak debe retirar su nombre de la fachada del teatro. Con el bulevar Hollywood ya engalanado de cables, hierros y herramientas para preparar el desfile por la alfombra roja, parece poco probable que eso vaya a suceder antes de la ceremonia del domingo. Los dueños de CIM no han ofrecido demasiados comentarios al respecto, pero se han mostrado permisivos por ahora a que el letrero de Kodak Theatre siga luciendo este año cuando los famosos pasen por debajo, en un intento de no deslucir la gala.

Pero es posible que los administradores de CIM quieran ser tan benévolos con Kodak para luego exigir que desembolse al menos la parte del contrato que corresponde a este año, ya que su nombre habrá estado en boca de todo el público y sacó ventaja de la ceremonia. Por su parte, la empresa que inventó la cámara digital no quiere pagar más desde este año.
Es posible que Billy Cristal quiera hacer algún chiste cuando presente la gala, lo que también supone publicidad indirecta para una firma que, aunque en bancarrota, es escuchada por millones de personas.
El juez dará a conocer más detalles en la próxima audiencia del 28 de febrero, ya una vez pasada la gala, pero de lo que no hay duda es de que ésta será la última vez que los Oscar se entreguen en el Kodak Theatre.
Cada año millones de personas han llegado desde 2002 a este recinto para tomarle fotos y subir las mismas escalinatas que han conducido a los famosos hasta el aforo donde escuchan aquello de “And the Oscar goes to…”.
La pregunta que ahora está en el aire es quién será la próxima empresa que busque promocionarse y cuánto dinero estará dispuesta a pagar por hacerlo en el mismo recinto donde se han entregado los Oscar en la última década. Desde la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMPAS) ya han comenzado a buscar alternativas y la que más ruido está haciendo de momento es la de trasladarse al Teatro Nokia de L.A. Live, en pleno corazón de Los Ángeles.
Sin embargo, también hay terceras partes que están afectadas por la bancarrota de Kodak. La compañía Cirque du Soleil, que ha firmado un contrato para actuar en ese teatro durante 10 años, tiene su propaganda anunciando las funciones en un lugar que dejará de llamarse tal y como lo publicaron en sus folletos. De momento, tampoco está claro quién va a pagar por esto.
El próximo domingo se sabrá quiénes son los ganadores al Oscar de este año, pero habrá que esperar todavía para saber quién se queda con el nombre del teatro y si los organizadores de la gala terminan prefiriendo cambiarse de vecindario.