
Por María Teresa Sarabia**
La tarde era tranquila, el ambiente cálido, lleno de color, risas juveniles, y una terraza rodeada de un paisaje diferente, y campirano, en las montañas de la Habra Heights en el Sur de California. Y de repente, una hermosa voz, flotando en el aire, lo cubrió con su tono alto, melodioso, y único. Con emoción, una sonrisa en los labios, y unos ojos grandes y expresivos que miraban alegres y brillantes a la concurrencia, Natalia Vargas, una adolescente enamorada de la música, acariciando las cuerdas de una guitarra, entonaba “La Vie en Rose”, (de Edith Piaf), en un perfecto francés, y sin hablar francés…
Escucharla nos obliga a recordar de inmediato a grandes figuras del canto como Natalia Lafourcade, Filipa Giordano, y como dije Edith Piaf por nombrar algunas. Y aunque Natalia comienza, sus pasos parecen ir trazando senderos que un día… la llevarán a ser una de las grandes.
LES PRESENTO A NATALIA VARGAS…
De mirada dulce, trato sencillo, siempre con una sonrisa, y segura de sí misma, Natalia es una como muchas jóvenes de su edad, una adolescente soñadora. A sus 18 años, terminó la prepa, (High School), y vive en Covina, California, con su familia. Sus padres, dos amigos de juventud, el locutor y comunicador Gustavo Vargas, “El Chubi”, y Ángela, son para Natalia los pilares de su vida. Sus hermanos, el mayor, Gustavo, y la menor, Ángela, sus mejores fans. Nacida en Long Beach, actualmente ella estudia en el Citrus College, “Music Performance”.
-“Apenas hace dos años, descubrí que quería ser artista. Fue una etapa de mi vida en la cual aprendí muchas cosas. Leía mucha filosofía”, y sonríe. Estaba entrando en mi tercer año de prepa, y escuchando música de Pink Floyd, y de Jeff Buckley, me inspiré. Fue el momento en que me di cuenta que eso deseaba hacer por el resto de mi vida”.
Luego agrega:
-“Una de mis maestras, me clasificó como soprano (aguda). Otra me dijo que soy contralto, (voz grave)”.
Pero soprano, contralto, o cualquiera que sea el género al que su voz pertenece, escucharla cantar es como una caricia al oído.
LA OPORTUNIDAD TOCA A SU PUERTA…
Y mientras el manto de la noche cubre la terraza, y las luces de la gran ciudad iluminan la quieta atmósfera, y llenan de belleza el paisaje que nos rodea, la voz de Natalia entonando “Sabor a mí”, (ahora en español), y luego de haber cantando ya varias en inglés, deleita los sentidos del grupo de oyentes. Termina la canción. Natalia recibe un baño de aplausos.
– Y luego me mira y dice: “Toda la vida la gente me ha dicho tu tienes que ser cantante. Desde chiquita tengo una voz decente. Y siento que la música me encontró”, cuenta divertida.
¡Vaya que la encontró! Ella nos dice que las canciones en francés y en español las aprendió por su cuenta, escuchándolas por internet, y tomando notas línea por línea del sonido de cada letra.
– “Hace algunos años, tomé pocas lecciones de guitarra con tres maestros. El primero, me introdujo a la música punk. Yo tenía 12 años. El segundo me enseñó una canción que aún me gusta tocar, se llama “Everybody Hurts” de Rem. El tercer maestro me enseñó a tocar los acordes. Pero después ya no pude tomar más lecciones porque se acabó el dinero. Luego reinicié yo sola aprendiendo por internet, leyendo ahí la música”, sonríe de nuevo.
-Y practicas? (Pregunta TN).
-“Raramente. Cuando estoy solita canto, pero ponerme a practicar, es algo que no hago”.
EL CANTO COMO ALIVIO DE UNA CRISIS…
Durante la charla, Natalia cuenta a TN que antes de decidirse por el canto, quería estudiar periodismo. Pero en esa época, (un par de años atrás), una crisis personal, cambió el rumbo de su vida para siempre. Fue en esa etapa, que ella se decidió por el canto. Su familia pasaba por problemas económicos, y ella comenzó a desarrollar su arte por cuenta propia.
– “Quiero contarte que fueron los problemas emocionales los que me dieron fuerza y motivos para cantar. Así lo sentí. Si, había tomado clases de canto en el pasado, pero ya tenia la voz. Y la he desarrollado en un tono más sofisticado, y algunas maestras me enseñaron a vocalizar, lo básico viene de ahí. No me enseñaron a cantar”, dice con seguridad Natalia.
La falta de recursos para pagar sus estudios, así como de una institución cercana a su hogar, (en Covina California, al noreste de Los Ángeles), incentivaron la creatividad de Natalia. Cambiando la frustración por determinación, ella buscó más oportunidades para crecer. Y las encontró.
-“Me sentí mal, pero comprendo que si mis papás están en una situación económica que no nos permite hacer todo lo que queremos, si yo de verdad deseo lograr una meta, la puedo alcanzar. El hecho de no tener recursos, me impulsó a ser como soy…positiva, humilde, y ante todo agradecida. A mi familia y a mi, nos ha llevado a apreciar más lo que tenemos”.
Y en busca de oportunidades para continuar, Natalia encontró una.
-“Hace un año, en septiembre, buscaba universidades para hacer un Bachelor of Arts, (Licenciatura en Arte), enfocado en música. Revisé el “Music Institute of Hollywood”, y sentí que no tenía lo que yo buscaba. No encontré otras opciones en Los Ángeles, y me dije busca en Nueva York. Y encontré The New School for Jazz and Contemporary Music. Investigué, y me di cuenta que todos los maestros son músicos profesionales. Tocan en programas de televisión como Saturday Night Live, en orquestas, y en otras partes”, nos cuenta.
-“Pasé el proceso de aceptación. Me dijeron que el siguiente paso era ir a N.Y. a una audición. Les mandé un demo con mis canciones. Luego me dieron una lista porque ellos te dicen que quieren que les cantes, y elegí 3 canciones. Me respondieron, y me pidieron presentarme en marzo del año pasado. Pero mis papás me dijeron dos meses antes de la fecha, que no podríamos ir por falta de dinero.”
A VOLAR…CON LOS PIES EN LA TIERRA…
Pero Natalia decidió eliminar los obstáculos, convirtiéndolos en retos. Así, a su corta edad, aprendió a “volar con los pies en la tierra”.
-“Fue en una charla con mi mejor amiga, que ella me dijo: Natalia no puedes dejar ir esta oportunidad. Lo pensé, y decidí buscar una forma para recaudar fondos. Organicé un concierto. Carly, (mi mejor amiga), me diseñó un “flyer”, (volante), y lo pusimos en Facebook, y repartimos en la escuela. Esto fue en días de lluvia, y precisamente estaba programado que ese fin de semana llovería. Mis papás me pedían que cambiara el dia. Pero lo dejamos así. Vino la gente y reuní 2 mil 300 dólares. Logré comprar mi boleto, (y el de mi papá), e ir a la audición”, recuerda sonriente.
Y le narra a TN como en marzo del 2010, voló a Nueva York, llegó a las 8 de la mañana, y a las 12 se presentó en la escuela de música para su audición, acompañada por su papá, (Gustavo Vargas). Llevaba listas tres canciones: “Unforgettable” (de Nat King Cole), “La Chica de Ipanema”, (de Antonio Carlos Jobim), y “Ain’t no sunshine”, (de Bill Whiters).
-“Canté esas tres. Ellos tenían un baterista y un pianista. Les di la música, y canté cada canción. Había dos jueces. Terminé de cantar, y me enviaron a una entrevista con el consejero de admisiones. Me entrevistaron, y supe que fui aceptada. Luego me dieron un tour por la escuela. Más tarde, fui con mi papá a caminar por las calles de la gran manzana, antes de volver a las 4 de la tarde a Los Ángeles”, comenta.
En menos de 24 horas, Natalia se sentía a punto de alcanzar el sueño de su vida.
-“Fíjate que minutos antes de audicionar, me dejaron calentar mi voz en un cuarto pequeño, junto a un piano. No me sabia bien las canciones, pero en ese momento algo pasó, y sentí una fuerza poderosa dentro de mi, que me hizo cantar, sin olvidar las letras, y agradar a los jueces. Mi papá, que todo el tiempo estuvo afuera, solo me dijo que había orado mucho por mi. El poder de Dios, tocó mi voz”.
Natalia, obtuvo una beca, pero aún así el resto de los gastos escolares, no eran viables en ese momento para los suyos. Y como una de sus canciones favoritas, “La Vie en Rose”, ella, decidió pintar su mundo de rosa, y seguir adelante.
-“Mi mayor obstáculo es no tener dinero, pero lo he ido brincando. Sé que lograré mi licenciatura en música. Quizá nunca seré rica, pero yo canto para ser feliz. Y hacer felices a otros que viven momentos tan duros como los que yo viví. El dinero, no es mi motivación. Yo me veo en grandes escenarios, cantando con mis artistas favoritos, entre ellos Santana. Quiero ser diferente, y darle a la gente música de buen gusto”.
Natalia, o Nati, como la llama su mamá, quien además es en ocasiones su cómplice de aventuras, cuenta que ella siempre le pide canciones de Alejandro Sanz. Y su papá, canciones de Frank Sinatra, y algunos boleros en español. Pero para ella sus grandes influencias han sido Jeff Buckley, Incubus, Edith Piaf, Led Zeppelin, Jefferson Airplane, Los Beatles, y Ella Fitzgerald entre otros Y como buena conocedora de la música, disfruta los distintos géneros, como jazz, blues, rock, boleros y más.
Además, es capaz de interpretarlos todos siempre transmitiendo la emoción que siente al cantar. Y en español, disfruta de Santana, Los Panchos, Armando Manzanero, y José José. De la cantante Shakira, solo le gusta “Si tú no vuelves”, ( tema que canta a dúo con Miguel Bosé). La canción “Aleluyah” de Buckley, es su favorita.
-“La adoro. La escuché en una etapa crucial para mi. Es mi inspiración”.
Para darse a conocer, se presenta en distintos festivales en el área de Los Ángeles. También en algunos restaurantes. Y otros escenarios. Recientemente lo hizo en “La Guelaguetza”. Y con una sonrisa recuerda lo que Carly, su mejor amiga le dijo:
-“Se me olvida lo buena que eres. Me encanta oírte. Cada vez que lo hago es diferente, y mejor”.
Amigas de su familia como Irene Zúñiga, opinan:
-“Estamos ante Natalia, y la podemos tocar. Llega a nosotros de una manera simple, con el sentimiento de su voz. Solo hace falta apreciar la música, y conectarte con ella para sentirla”.
Y su mamá, (Ángela Vargas), en un mensaje envuelto en amor, confianza y esperanza, le recuerda:
-“Como su madre, la apoyo dentro de mis posibilidades. Le pido a Dios que ese talento siempre lo valore, y lo respete. Y que a través de ese respeto, le permita buscar oportunidades”.
Así, la música en la vida de Natalia, se toca con mucha pasión, riqueza espiritual, perseverancia, y ternura, notas que opacan el dolor, que alguna vez, ella sintió.
**María Teresa Sarabia es la fundadora y directora general de la publicación digital “Tere-Notas”.
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