Si algo probó la primera Feria del Libro en Español de Los Ángeles (LéaLA) es que es un mito que aquí no haya gente

interesada en leer en el idioma de Cervantes y en saber qué pasa más allá del río Bravo.
En los tres días que duró el evento, del 29 de abril al 1 de mayo, más de 30 mil personas acudieron a comprar toda clase de libros y a escuchar a los grandes escritores que se presentaron, desde Elena Poniatowska e Isabel Allende hasta Sealtiel Alatriste y Laura Restrepo.
Dentro de los temas que se trataron, para un gran sector de los asistentes resultaron de especial importancia los alusivos a la realidad que hoy vive México, una realidad que lacera no sólo a los mexicanos de allá sino a quienes estamos de este lado de la frontera y vemos con impotencia cómo la corrupción, la impunidad y la violencia avanzan día con día.
Durante la presentación de su libro “Leonora” escuchamos, por ejemplo, a Poniatowska lamentar los miles de muertos que ha dejado la llamada guerra contra el narcotráfico y a Lydia Cacho denunciar cómo la trata sexual de mujeres y niñas está dirigida y protegida por las clases gobernantes, no sólo en México sino en todo el mundo, tal como lo revela su libro “Esclavas del poder”. Pero sin duda quien causó un mayor impacto con sus denuncias fue Anabel Hernández, ganadora en 2002 del Premio Nacional de Periodismo por su investigación sobre el alto costo del menaje en Los Pinos durante la presidencia de Vicente Fox, hecho que posteriormente se bautizó como el “Toallagate”. Desde entonces, Anabel ha publicado varios reportajes y libros en la misma línea de denuncia sobre corrupción.
En su última obra, “Los señores del narco”, Anabel cuenta que después de investigar el tema por cinco años descubrió que los capos de la droga no son sólo son los que todos conocemos: Joaquín, “El Chapo” Guzmán, Ignacio Coronel o el “Mayo” Zambada. Estos hombres, asegura la periodista, son sólo unos “pobres diablos” que no serían nada sino fuera porque cuentan con la protección de los verdaderos narcos, gente encumbrada en las más altas esferas del poder, desde diputados y gobernadores hasta el mismo presidente.
En el citado libro, que por cierto se agotó durante la feria, Anabel revela que el clima de violencia en México se debe a que cuando Fox llegó a la presidencia decidió dejar de negociar con todos los carteles de la droga, como hacían los gobiernos priistas y proteger a uno solo: el del Chapo. Esta misma línea, según la periodista, es la que ha seguido Calderón.
A juicio de Anabel, quien ha sido amenazada de muerte, la única salida para México es que todos exijamos cuentas a los gobernantes. Sin temblarle la voz, reveló que aunque teme por ella y por su familia, se ha negado a irse del país porque no quiere dejar de hacer su trabajo. “Me da miedo perder la vida”, aseguró “pero más miedo me da perder a mi país”. Ante ello, lo único que nos queda es no dejar que sus palabras se las lleve el viento.
**María Luisa Arredondo es directora ejecutiva de Latinocalifornia.com