Un despido bien merecido

Las imágenes transmitidas por la televisión dan pena ajena. En ellas se muestra a un hombre grueso, de pelo canoso, que

María Luisa Arredondo.

vocifera y tiene que ser sujetado por un grupo de guardias para sacarlo prácticamente a rastras del estadio donde se había celebrado el partido de fútbol entre México y Argentina.

Parecería que se trataba de un maleante o de una persona sin educación, de esas que todo el mundo prefiere evitar. La sorpresa para todos los que vimos el video es que el personaje en cuestión era nada menos que Miguel Gómez Mont, hasta hace unos días director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) de México y hermano del secretario de Gobernación.

De acuerdo con las versiones de varios testigos, el incidente se produjo porque Miguel Gómez Mont, enojado por la derrota del equipo mexicano, empezó a lanzar improperios contra los jugadores. Los familiares de éstos, entre los que se encontraban el hermano menor de Cuauhtémoc Blanco y la esposa de Guillermo Franco, le reclamaron su conducta, lo que desató la riña.

Tras la difusión del video, que muestra en todo su esplendor el bochornoso proceder del ahora ex funcionario mexicano, la Secretaría de Turismo (Sector) emitió un escueto comunicado en el que informa que Gómez Mont fue removido de su cargo y que pronto se dará a conocer el nombre de su sucesor.

Aunque no se explican los motivos del despido, es claro que la decisión obedeció al incidente registrado en Sudáfrica. La medida, en ese sentido, está más que justificada pues conductas como la que exhibió Gómez-Mont no deben ser toleradas bajo ninguna circunstancia, especialmente por tratarse de un funcionario de alta jerarquía.

El incidente protagonizado por el ex funcionario nos habla, por otra parte, de la prepotencia que a menudo exhibe la gente con poder económico y político en México. Piensan que por el hecho de estar en puestos altos, bien conectados y de tener una posición económica privilegiada pueden pisotear los derechos de los demás sin que nada ni nadie los detenga.

El problema para Gómez Mont fue que no se percató que estaba fuera de México, donde posiblemente el incidente no hubiera pasado a mayores, pues las autoridades no se hubieran atrevido a tocarlo. En Sudáfrica, sin embargo, la policía lo sometió como a cualquier hijo de vecino.

La conducta de Gómez Mont refleja, asimismo, una frustración muy común entre los fanáticos del fútbol, quienes se apasionan al grado de que si su equipo pierde descargan una furia incontenible contra los jugadores.

Este tipo de reacción no se ve solamente en México sino en muchos otros lugares. En Colombia, por ejemplo, en 1994 causó gran conmoción el asesinato del jugador Andrés Escobar Saldarriaga, en la ciudad de Medellín. Se cree que el homicidio estuvo relacionado con el hecho de que el futbolista metió un autogol en la Copa Mundial y con ello causó que muchos apostadores, entre ellos varios narcotraficantes, perdieran grandes sumas de dinero.

La muerte de Escobar es, por supuesto, un caso extremo. Pero más vale estar alerta ante cualquier tipo de agresión, así sea solamente verbal, y meditar sobre la pertinencia de ver el fútbol como lo que realmente es, una diversión, y no un asunto de vida o muerte.

*María Luisa Arredondo es directora ejecutiva de Latinocalifornia.com
Comentarios a: mlarsa@sbcglobal.net

Comments

comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *