La doble cara de Whitman

En el segundo debate por la gubernatura de California, a la pregunta de cuáles creía que eran las cualidades de su

María Luisa Arredondo.

contendiente Meg Whitman, el procurador Jerry Brown respondió que se trataba de una mujer inteligente, fuerte y con una interesante carrera laboral.

Whitman, de 54 años y originaria de Long Island, es efectivamente una mujer con una trayectoria profesional envidiable. Además de haber ocupado el consabido puesto de directora general ejecutiva de eBay, la candidata republicana tuvo cargos de suma importancia en corporaciones como The Walt Disney Company, DreamWorks y Procter & Gamble.

Por su impresionante currículum se podría inferir también que es una mujer inteligente, fuerte, y muy bien preparada. Whitman es graduada de la Universidad de Princeton y de Harvard Business School.

Esta imagen de ejecutiva triunfadora se refuerza aún más cuando uno se entera que es la cuarta mujer más rica de California. Su fortuna asciende nada menos que a 1,300 millones de dólares, de los cuales ha gastado casi 140 millones en su cruzada para conquistar la gubernatura del estado, una suma récord en la historia de la política estadounidense.

Pero junto esta imagen de mujer exitosa convive otra totalmente opuesta: la de una persona incongruente, irresponsable y mentirosa, como lo ha demostrado su manejo del caso de la trabajadora indocumentada Nicky Díaz, quien la ha acusado de haber abusado de ella de manera financiera y emocional.

Hasta ahora, los esfuerzos de Whitman por liberarse de las acusaciones de Díaz solamente la han hundido más porque han resaltado su postura ventajosa y contradictoria en torno a la inmigración indocumentada.

Por un lado, la millonaria dice que está a favor de sancionar a los empleadores que contraten a sabiendas a indocumentados, pero en lo personal, ella misma se hizo de la vista gorda cuando se enteró a través de una carta del Seguro Social que Nicky, su ama de llaves, era indocumentada. Y al estallar el escándalo, en lugar de asumir su responsabilidad, ha optado por atribuir lo ocurrido a manipulaciones políticas orquestadas por Brown y la abogada Gloria Allred.

Las contradicciones de Whitman en el tema migratorio salieron a relucir prácticamente desde que se lanzó como candidata a la gubernatura de California. Según ella, nunca apoyó la proposición 187 que negaba los servicios públicos a los indocumentados, pero apenas comenzó su campaña contrató como su consejero al ex gobernador Pete Wilson, principal abanderado de esa medida.

Whitman está en contra de una amnistía, del Dream Act, de las ciudades santuario, de dar licencia a los indocumentados y apoya la ley SB1070, aunque sólo para Arizona.

Encima de ello pretende conquistar el voto de los latinos, el grupo que más favorece la reforma migratoria, debido a que está consciente de que sin ellos no puede ganar, pues representan el 20% del electorado de California.

Ante esto, lo único que uno puede inferir es que Meg Whitman no es tan inteligente como lo sugiere su curriculum y que de poco le sirvió haber asistido a universidades de tanto prestigio y haber ocupado puestos de tan alto nivel en grandes corporaciones. En ninguno de esos sitios aprendió lo fundamental: congruencia y honestidad.

María Luisa Arredondo es directora ejecutiva de Latinocalifornia.com

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