¿Festejamos la entrega del país?

La independencia que México alcanzó de España hace 200 años se transmutó a una dependencia que como Nación nos

Francisco Ramírez .

tiene atados a intereses extranjeros; poseen pleno dominio de los recursos naturales, energéticos y económicos del país: petróleo, minerales, electricidad, bancos, pesquerías, empleo, turismo y playas están mayoritariamente en manos foráneas.

Los mexicanos hemos pagado un altísimo precio por haber dado oportunidad a la extrema derecha de llegar al gobierno; cuyo presupuesto han visto como botín particular, empobreciendo a la población.

El 13 de septiembre pasado, Hacienda ordenó a todas las dependencias cancelar todas las obras de infraestructura, dejando de invertir ¡16 mil millones de pesos! Hubiesen servido para reactivar la economía nacional. Con ello cerraron el presupuesto cuatro meses antes.
Los contribuyentes mexicanos deberán transferir ¡16 mil 664.8 millones de pesos! en 2011 para pagar el costo del rescate bancario de 1995, que el ahora empleado de los estadounidenses, Ernesto Zedillo, fraguó siendo Presidente.

Se trata de una cantidad superior en 2 mil 351 millones de pesos a los recursos públicos distraídos para este fin en 2010, y supera el monto de financiamiento que recibirá la investigación científica o las tareas relacionadas con el desarrollo sustentable, de acuerdo al Presupuesto de Egresos de 2011, entregado al Congreso.

A los mexicanos nos han ofertado en el extranjero como mano de obra barata; como buenos jardineros, decía el panista Vicente Fox, a los que veía “jodidos” y changarreros.

Felipe Calderón, peor aún, llegó a la Presidencia en medio de una revuelta del Congreso; su sexenio estará marcado por un baño de sangre innecesario e inútil, por el pesimismo y la enorme ineptitud que llevó al país a un retroceso de por lo menos veinte años; todos los indicadores económicos, de salud, educación, ingresos y bienestar de la población están en niveles de los ochentas, según las cifras del propio gobierno.

A 100 años de una sangrenta revolución, todo empeora y los pronósticos son sombríos.

El doctor Jorge Carpizo, ex rector de la Universidad Nacional, advierte y enumera los cinco males que acechan: “Poder, dinero, corrupción, impunidad y mentiras tienen a la nación con un cáncer generalizado. Junto a esta quinteta se ha perdido la idea de patriotismo y de virtud cívica. La moral pública, esté desecha y el país se encamina al vacío”.

El 14 de julio pasado, Claudio X. González, el más emblemático de los empresarios que apoyaron a Calderón, sentenció: “Ha terminado la etapa de Felipe Calderón como presidente de México y ha comenzado la segunda etapa de Felipe Calderón, como presidente del PAN. Qué lástima”.

De será cierto, Calderón podría llevar al país a una situación aún peor que la de 2006.

En los cuatro años del gobierno calderonista, se han fugado 80 mil millones de dólares; se han perdido tres millones de empleos; han sido asesinadas 30 mil personas; seis millones de personas han aumentado la escalofriante cifra de casi 50 millones de personas en pobreza, hambre y enfermedades; alrededor del 40 por ciento de la electricidad, la generan compañías extranjeras; los medios impresos han sido objeto de censura, vía publicidad, por parte del gobierno.

El país, como bien señala el ex rector Carpizo, está destrozado moral y económicamente.

Nadie puede festejar así, en un país al borde del precipicio; de la violencia desencadenada; de una inseguridad que nadie combate, de una polarización social y política que se advierte por todos lados.

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